En busca de la ruta natural

Si algo es incuestionable en nuestra actualidad es lo difícil que resulta encontrar algo que sea realmente natural. Los supermercados, las tiendas y cuanto comercio existe cada vez tiene menos espacio para los productos procedentes de la naturaleza y le brindan más espacio a aquellos productos que están cargados de aditivos, conservantes y sabores artificiales.

Pensar en qué nos ha llevado hasta este punto en el que prima lo artificial sobre lo natural necesariamente tiene que hacernos recontar las decisiones que hemos tomado y debe impulsarnos a replantear esta decisión. Debemos rememorar el punto en el que preferimos algo que no es muy benéfico para nuestro organismo y debemos empezar a transformar esa realidad para reconectarnos con nuestros inicios.

Es por eso, y pensando en esa reconexión, que San Mateo ha decidido regresar al origen y realizó una expedición para mostrar cuán natural es. Para lograr este cometido, la marca siguió los pasos del ciclo del agua; primero se fijó en las nubes como el lugar primigenio pues es ahí, en el cielo en el que se condensa la pureza; luego siguió el recorrido en las gotas que caen sobre las montañas y se nutren de la naturaleza y, finalmente, se enfocó en los pequeños vertederos que se filtran entre las rocas hasta llegar al manantial.

Y es de ese manantial, de ese majestuoso ojo de agua de donde se toma el líquido San Mateo, que es envasado en su estado más puro y cristalino para que al llegar a las manos de cada peruano conserve todas las propiedades de todo este majestuoso recorrido.

Porque cada gota de está agua va más allá de una simple bebida y se convierte en una conexión directa con la naturaleza misma y con ese origen que tanto necesitamos recordar.

Entérate de más en San Mateo