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Artículo Este obrero puede meter la mano bajo un chorro de metal fundido sin quemarse Virales

Virales

Este obrero puede meter la mano bajo un chorro de metal fundido sin quemarse

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Después de ver el vídeo vas a querer saber cómo demonios lo hace, y la ciencia tiene la explicación

PlayGround

29 Diciembre 2017 17:22

Antes de nada, hay que decir es que lo que estás a punto de ver no es fake. No se trata de un vídeo manipulado. El protagonista es un hombre real —no es ningún terminator llegado del futuro, sorry— que, por esas cosas del molar, se ha dejado grabar en el trabajo haciendo uno de esos trucos que dejan a todo el mundo embobado. Porque el hombre, que parece ruso, se dedica a pasar su mano, sin ningún tipo de protección, por un chorro de metal fundido sin sufrir ningún tipo de quemadura. Lo hace varias veces como si nada. Mira.

Cabe aquí recordar que ese metal fundido debe estar a una temperatura superior a los 1000 ºC. Entonces, ¿cómo demonios lo hace?

La pista la tienes en el título del vídeo que acabas de ver. Leidenfrost.

Hace unos años el equipo de Mythbusters demostró que una persona puede introducir sus dedos en plomo fundido sin sufrir lesiones. Lo dedos deben estar mojados y la acción debe ser breve, rápida, pero se puede. El vídeo de arriba es otro ejemplo de lo mismo. Y todo es producto del llamado ‘efecto Leidenfrost’.

Este fenómeno científico se suele explicar aludiendo a un escenario del todo cotidiano: una cocina, una sartén caliente, y unas gotas de agua. Cuando sobre la sartén se coloca una gota del líquido, pueden pasar varias cosas. Si la temperatura de la placa metálica no llega a los 100º C, el agua se aplana y se evapora lentamente. Cuando la temperatura pasa por encima de los 100° C, las gotas de agua producen una especie de silbido al tocar la sartén y se evaporan rápidamente. Pero la cosa cambia cuando la temperatura de la sartén llega al llamado ‘punto de Leidenfrost’, que siempre se sitúa muy por encima del punto de ebullición del líquido. Ahí, al contacto con la sartén, las gotas de agua no se evaporan instantáneamente sino que se mueven erráticamente sobre la superficie durante un cierto tiempo, hasta que finalmente desaparecen.

Ese comportamiento se debe a que, a temperaturas por encima del punto Leidenfrost, la parte inferior de la gota de agua se vaporiza al entrar en contacto con la placa caliente. Esa especie de colchón de vapor resultante eleva el resto de la gota, impidiendo cualquier contacto directo entre el agua líquida y la placa caliente. Como el vapor tiene una conductividad térmica mucho menor que el agua en estado líquido, la transferencia de calor entre la bandeja y la gota se ralentiza considerablemente.

Volviendo al vídeo de arriba, presuponemos que la mano del valiente obrero estaba convenientemente húmeda. La capa de vapor que se forma alrededor de un líquido por el efecto Leidenfrost es lo que le salva de quedar escaldado.

Ala, ya lo sabes. Pero ni se te ocurra intentar repetir “el experimento” en casa.

[Vía LiveLeak]

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