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Spoiler: todos son absurdos
15 Julio 2019 16:29
Una de las teorías de conspiración con más recorrido es la que asegura que Neil Armstrong no pisó la superficie lunar el 20 de julio de 1969. De hecho, ni Amstrong ni ninguno de los once astronautas que han viajado hasta el satélite a fecha de hoy. Para los negacionistas, todo se trató de un montaje de la NASA grabado en un estudio cinematográfico para ganarle la carrera espacial a la URSS.
Cuando están a punto de cumplirse cincuenta años de aquel “pequeño paso para el hombre gran paso para la humanidad”, la teoría de conspiración pervive. Una encuesta reciente de YouGov muestra que uno de cada seis británicos cree la llegada del hombre a la Luna fue falseada. Un porcentaje que aumenta entre los menores de treinta y cinco años. ¿A qué se agarran los negacionistas para seguir defendiendo sus teorías?
El origen de las teorías de conspiración que niegan la llegada del hombre a la Luna se remonta a un solo hombre: Bill Kaysing. Kaysing era un escritor que había trabajado para una compañía que diseñaba los motores de los cohetes Saturno V. En 1976 publicó un panfleto titulado We Never Went to the Moon (Nunca fuimos a la Luna) en el que aseguraba que ninguno de los seis alunizajes entre 1969 y 1972 había sucedido.
Entre los argumentos que exponía estaban el hecho de que no aparecieran estrellas en las fotografías o el modo en que se proyectaban las sombras. A día de hoy, todos sus argumentos han sido refutados por expertos, pero en su momento Kaysing se benefició de la desconfianza del pueblo americano hacia su Gobierno a causa del escándalo Watergate para convertirse en el padre de la teoría de la conspiración lunar. Kaysing murió en 2005, y por entonces seguía asegurando que todo había sido un montaje grabado en un estudio de televisión.
Las sombras irregulares que proyectan los astronautas sobre la Luna han sido una de las grandes 'pruebas' aportadas por los defensores de la teoría de la conspiración. Según ellos, el tipo de sombras que se observan solo pueden generarse con diversas fuentes de luz (como los focos de un estudio) y en la Luna existe una única fuente de luz: el Sol.
Estas sombras 'extrañas', sin embargo, están provocadas por las irregularidades en el terreno lunar.
Otro de los motivos es que, a pesar de que el Sol sea la única fuente de iluminación, la luz se refleja en la superficie, provocando la ilusión de que algunas sombras no son paralelas.
Otro de los argumentos preferidos de los negacionistas es que la bandera estadounidense plantada por los astronautas no podía ondear en la Luna ya que ahí no hay viento. Pero precisamente por este motivo se colocó un asta horizontal en lo alto del mástil para mantener la bandera desplegada. Al extender este mástil, la bandera quedó arrugada, generando la ilusión que ondeaba.
Los cinturones de Van Allen son dos zonas de la magnetosfera terrestre que concentran partículas cargadas de energía procedentes del sol altamente radiactivas. Los negacionistas aseguran que los astronautas deberían haber sufrido daños por la radiación al cruzarlos. Pero la realidad es que estos pasaron menos de dos horas en los cinturones y viajaban en cápsulas que los protegían de las partículas. La cantidad de radiación que recibieron fue la equivalente a una radiografía.
En las fotografías y vídeos de las misiones a la Luna no se observan estrellas. Para los negacionistas, esto es una de las mayores evidencias de que todo se trató de un montaje. Según ellos, la NASA prefirió no pintar un cielo estrellado en el estudio dónde grabó el montaje para evitar errores en el posicionamiento de las estrellas que pudieran ser detectados por astrónomos. Lo cierto es que si en las imágenes no aparecen los astros es porque para captarlos los tiempos de exposición de las fotografías deberían haber sido mucho más largos de los que permitían las cámaras que llevaban los astronautas.
En 2001 Fox News emitió el documental Did We Land on the Moon? con el que la conspiranoia lunar no solo entró en la era moderna sino que provocó que la NASA cambiara su estrategia frente a la misma. Hasta el momento, la agencia espacial había preferido no responder a los negacionistas, pero tras la emisión del documental esto cambió.
Tal y como explica Roger Launius, antiguo historiador jefe de la NASA, a The Guardian, los que hacían las preguntas ya no eran conspiranoicos, sino padres y profesores que pedían cómo responder a las dudas que el documental había generado en sus hijos. La respuesta de la agencia fue crear una web y mandar material a los profesores para demostrar las falsedades que contaba el documental. ¿Y qué contaba? Básicamente, eran los argumentos de Kaysing reciclados para una nueva generación.
La industria del cine ha sacado partido de las teorías de la conspiración y, en menor o mayor medida, las ha alimentado. Una de las primeras referencias al supuesto montaje de la NASA aparece en la película Diamonds Are Forever de la saga James Bond. En una escena, el personaje interpretado por Sean Connery se cuela en unas instalaciones de la agencia espacial dónde se está rodando un alunizaje simulado.
Capricornio Uno, estrenada en 1977, cuenta como la NASA simula una misión a Marte ante la imposibilidad de llevarla a cabo. En la película, la agencia espacial filma el aterrizaje en la Tierra y emite las imágenes como si fueran reales, llevando a los 'conspiranoicos' a asegurar que la historia está basada en lo que ocurrió con las misiones a la Luna.
Más recientemente, Interstellar también incluye una escena en la que una profesora admite que el montaje sucedió. También cabe destacar el falso documental Dark Side of the Moon, que especula con que las imágenes del alunizaje fueron grabadas por Stanley Kubrick.
Lo cierto, es que con los efectos especiales que existían entonces hubiera sido imposible rodar imágenes que fueran creíbles.
Una de las cosas que ha hecho posible Internet es que cualquiera pueda contar lo que sea a una audiencia mucho mayor que nunca antes en la historia. Plataformas como YouTube facilitan la diseminación de supuestas pruebas que alimentan las teorías negacionistas. La diferencia de los negacionistas originales con los actuales, sin embargo, está en las motivaciones. Mientras los primeros estaban motivados por el resentimiento contra el gobierno estadounidense, los actuales parecen más movidos por el aburrimiento. Es decir, no buscan tanto la verdad como que les entretengan.
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