Se desconoce de donde había salido el animal. En algunas partes del país existe una verdadera fiebre por las carreras de camellos
Cuando uno piensa en camellos , casi automáticamente le vienes a la mente imágenes de desiertos en Arabia o África. Y por ello no hay nada más lejano a esos desiertos que la helada tundra de Rusia, cuyas nieves la hicieron inexpugnable a invasiones que, desde Napoleón a Hitler, sucumbían a sus temperaturas gélidas. Pero, contra todo pronóstico y prejuicio, lo cierto es que a los rusos les encantan los camellos y es un país donde la crianza de estos animales no es rara.
Los hay hasta en casas particulares y no hace mucho uno de estos camellos domésticos llegó a cargar contra varias personas en un suburbio de Moscú mordiendo a unas mujeres. No es que sea algo habitual, pero como vemos en este vídeo, de vez en cuando sucede. Desde que en la región de Astracán comenzaran a organizarse carreras de camellos, se desató lo que puede ser definida como una auténtica fiebre. Y ya no solo por las carreras, también por su lana y por su leche cuyo precio puede alcanzar los 13 dólares el litro.
El protagonista del vídeo no procede de una granja, es un camello bactriano o camello asiático que escapó de un circo y se incorporó a la carretera causando el atasco y el desconcierto que se puede ver en las imágenes.
Se trata de un tipo de camello de dos jorobas, utilizado en Asia desde hace más de dos mil años para el transporte de mercancías. Con su altura de más de dos metros y su peso de hasta una tonelada, es un animal sorprendentemente ágil, fuerte y veloz. Su adaptación al desierto hace que tenga una nariz que puede cerrarse herméticamente para impedir la entrada de polvo a los pulmones y sus pezuñas tienen sólo dos grandes dedos que le permiten caminar sobre la arena, y que, al mismo tiempo también presentan una gran ventaja para la nieve y los terrenos rocosos.
Sin embargo, todas estas características no lo preparan para interactuar con el tráfico moscovita, y en las imágenes le vemos bastante alterado. No se sabe si él esquiva a los coches o son los coches los que le esquivan a él. Lo que sí se percibe es que es un animal imponente fuera de su entorno y generando una situación de peligro para ambas partes.
En estos tiempos en los que se cuestionan los espectáculos con animales fuera de su entorno, muchos circos están prescindiendo de las famosas “fieras” y su lamentable vida de esclavitud. No decimos que sea el caso del circo del que huyó nuestro amigo, pero sí que es un caso más que evidencia que los animales donde mejor están es en sus entornos naturales que, para el caso de los camellos, nunca será una carretera en las proximidades de Moscú.