Visto y no visto: querían retratarse en modo ‘selfie’ y acabaron grabando un robo

Con casi 300 años de tradición, el Carnaval de Río de Janeiro es considerado el mayor carnaval del mundo. Más de 200 escuelas de samba participan llenando las calles de ritmo, color y sabrosura, mientras que los dos millones de asistentes diarios disfrutan, bailan, ríen… y hurtan.

No todo es alegría en el carnaval de Río. Como bien ejemplifica el vídeo que encabeza este artículo, puedes pasar del buen rato al cabreo máximo en lo poco que tardan en birlarte el móvil en tu propia cara.

El vídeo-selfie fue grabado en enero, pero ha llegado a las redes sociales hace pocos días. La chica que lo grabó lo subió con una captura que resume muy bien lo sucedido: “Estaba con mis amigas en el Bloco do Bola Preta en el Carnaval de Rio 2018 cuando de repente... le robaron el móvil a una de ellas”.

Lo más impresionante del vídeo es la soltura con la que el chico alarga su brazo, coge el móvil y se pierde entre la multitud. ¡Visto y no visto!

No sabemos que pasó a continuación porque el vídeo se corta, pero en verdad este hurto es sólo uno de los cientos que ocurren cada año durante el carnaval de Río de Janeiro. El descontrol es tal, que las denuncias de teléfonos móviles sustraídos aumentan un 700% durante esta celebración.

De hecho, la policía detuvo este año a dos personas, un portero y una vecina, en posesión de más de 300 móviles afanados durante el carnaval. Ellos eran sólo “los receptores” de todo lo sustraído.

Desgraciadamente, lo que refleja el vídeo es sólo un mal menor. El mal mayor son los robos a gran escala donde los amigos de lo ajeno se aprovechan de la confusión que las celebraciones generan para desvalijar casas, coches, comercios...

En ocasiones los delincuentes también se exceden contra los cuerpos de seguridad del estado. Este año tres policías perdieron la vida durante el carnaval de Río.

Aprendamos de este vídeo y recordemos que en grandes eventos como el carnaval de Río lo mejor para evitar disgustos es no llevar nada de valor encima. Al fin y al cabo, para disfrutar de un espectáculo tan sabroso sólo nos hacen falta nuestros cincos sentidos.