“Es hora de dejar de lado los tabúes respecto a los ovnis y escuchar a nuestros pilotos y operadores de radares”
El pasado 9 de marzo, Christopher Mellon, vicesecretario adjunto de Defensa para Inteligencia en las administraciones de Clinton y George W. Bush, publicó de su puño y letra un artículo en el Washington Post que denunciaba la falta de interés que suscita el fenómeno OVNI entre los altos cargos del Pentágono.
De manera casi simultánea, se publicaba en el blog de la Stars Academy of Arts and Science un fragmento de un vídeo desclasificado, en que puede verse un artefacto volando a gran velocidad ante el asombro de pilotos militares y operadores de radar.
El objeto tiene forma esférica y su comportamiento hace pensar en unas características técnicas que lo diferencian de cualquier otra aeronave conocida por los expertos estadounidenses. En el audio puede escucharse al piloto del F-18 Super Hornet exclamar con sorpresa, una vez lo fija con su sistema de ‘auto targeting’.
¡Wow! ¡Lo tengo!
¡Jajaja! ¡Wow!
¡¿Qué demonios es esa cosa?!
¿Habéis centrado sobre un blanco móvil?
No, está en automático
¡Oh dios mío, tío!
¿Qué es eso?
Mira como vuela esa cosa.
Además de este vídeo, el New York Times publicaba en diciembre dos filmaciones más que mostraban OVNIs, uno de ellos localizado desde otro F-18 que prestaba servicio en el portaviones USS Nimitz durante el año 2004.
¿Es posible que Estados Unidos haya sido superado tecnológicamente por Rusia o China?
En su artículo, Mellon reflexiona sobre la necesidad de prestar atención al desarrollo tecnológico de potencias como China o Rusia, ya que estos vídeos son la prueba fehaciente de que “no se sabe” qué proyectos aeroespaciales secretos están teniendo lugar fuera de Estados Unidos.
“El enfoque actual es equivalente a hacer que el Ejército realice una búsqueda submarina sin la Marina”, escribe Mellon en su post, que reivindica de forma contundente el derecho de los estadounidenses a que su gobierno se tome en serio los objetos no identificados que surcan los cielos de su país.
También advierte de que si este tipo de incidentes no dejan de ser un tema tabú, Estados Unidos corre el riesgo de menospreciar información valiosa para la defensa nacional y rememora las ineficiencias de la CIA y el FBI ante los atentados del 11-S, precisamente por no compartir aspectos sensibles de su investigación.
Junto con los vídeos, las declaraciones de pilotos, expertos en armamento de larga distancia y técnicos de radar, parecen dar la razón a Mellon. De hecho, desde el año 2015, fecha en la que se grabó el vídeo que presentamos, han tenido lugar al menos una doce de avistamientos similares, tan solo en la costa este.
Por si fuera poco, también desvela un caso reciente en el que la Fuerza Aérea envió aviones de combate a interceptar un OVNI que atravesaba el noroeste del Pacífico a altas velocidades.
En fin, una cosa parece segura, Estados Unidos no hace todo lo que puede por identificar e investigar los avistamientos. Según cuenta en su artículo para el Post, ante la petición de comentarios, el El Departamento de Defensa de EEUU confirmó la existencia de un programa de investigación que había cesado en 2012.
Además, Luis Elizondo, colega de Mellon en la Academia To the Stars, afirma que dirigía un programa del Pentágono centrado en escrutar los aviones anómalos, pero que sencillamente renunció ante la falta de atención gubernamental.
“No tenemos ni idea de qué son este tipo de incidentes porque nadie los investiga”, resume Mellon. “Nadie quiere ser ‘el tipo ese de los extraterrestres’ en el sistema de Seguridad Nacional. Nadie quiere ser ridiculizado o apartado por llamar la atención sobre estas cosas. Esta actitud es generalizada, y supone un serio impedimento para el progreso de la investigación”.