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“Ups, vaya pillada”. Esto es lo que debió formarse en la cabeza de este caco cuando se dio cuenta de que una cámara de seguridad de un establecimiento de alimentación le había grabado sustrayendo una cartera del bolsillo de un cliente. Lo que siguió, su reacción, se ha vuelto viral.
Primero vemos la acción: con rapidez, sigilo y una gran maestría, el carterista se hace con su preciado botín. El hombre que está delante suyo en la fila y al que acaba de robar, ni se entera. Y el ladrón ni se ha despeinado y esta satisfecho con su 'tesoro'. Luego llega la reacción a su pillada. O podríamos decir “la desacción”, o la acción de restitución.
El joven de manos largas comienza a sonreir de forma amistosa, hace un gesto de disculpa mirando a cámara y decide devolver al cartera robada a su lugar legítimo, el bolsillo de quien ha sido desplumado. En el momento de volver a colocar la cartera en su sitio, uno de los amigos de la víctima se percata de que la tiene en la mano. Pero el ladrón disimula de tal manera que le hace creer que la ha recogido del suelo.
Arrepentimiento instantáneo, comenta la gente por ahí. “Tú sonríe, pon cara de buena persona y devuelve lo robado”, debió pensar. “Seguro que así no pasa nada”.
Bueno, pasa. De hecho, las imágenes han sido distribuidas por la policía de Bombay, donde tuvo lugar el suceso. Pero las fuerzas de seguridad ya avisan de que, “aunque el vídeo es gracioso, las consecuencias serán graves”.
De nada le sirvieron sus disculpas a la cámara.
La verdad es resulta cómico toparse con ladrones un poco desastres en su faena. No hay nada más gracioso que un torpe caco que hace el ridículo al intentar llevarse algo ajeno.
Hace unos meses conocimos una historia de dos peculiares ladrones en la ciudad china de Shanghai. Su idea era romper el vidrio del escaparate de una tienda con lo que parecen unos ladrillos. Pero el plan se vio frustrado por... un doloroso fallo de planificación.
Uno de ellos se acerca al escaparate y decide lanzar un ladrillo para romper el cristal. Lo que no se espera es que su 'espabilado' compañero se cruce por medio y se lleve todo el impacto del ladrillo en la cabeza. Más de 4 millones de personas en la red asiática Weibo no pudieron contener la risa al ver a estos dos encapuchados manos a la obra.
