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Esta persecución policial acabó con sorpresa

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Le dieron el alto por exceso de velocidad, y se encontraron con una emergencia que no esperaban

Playground community

15 Marzo 2018 16:44

Somos una generación que ha crecido viendo series de televisión y vídeos de internet. Cuando se nos presenta una imagen desde un coche policial en la que se inicia una persecución de un vehículo, podemos esperar cualquier cosa: que se haya producido un atraco, o un secuestro, o que se trate de un conductor borracho. De algún modo, la misma sensación debe asaltar a los policías cuando deciden poner en marcha la sirena y dar el alto a un vehículo bien sea porque perciben algo inusual o sospechoso, bien porque va demasiado rápido. No es difícil imaginar algún tipo de resorte accionándose en la mente de los oficiales; un clic que les prepara para cualquier clase de emergencia e incluso, llegado el caso, para una confrontación física.

Así es que podemos imaginar lo que pudo pasar por la cabeza de los dos policías cuando, tras dar el alto a un coche de marca mercedes y color gris que transitaba a toda velocidad por la carretera, ven descender del mismo, uno detrás de otro, casi al mismo tiempo, a dos hombres tremendamente corpulentos. Lejos de huir, uno de ellos parece que se vaya a avalanzar sobre el coche policial. Se dirige hacia la cámara a la carrera, en una actitud nerviosa, casi histérica.

No entendemos lo que dicen, pero sus gestos son de gran alarmismo: corren, gesticulan y uno de ellos hace un gesto como indicando a los oficiales que se acerquen al coche detenido, cosa que, lógicamente, los policías no hacen.

La situación es de una enorme confusión. Algo está sucediendo, pero no sabemos qué, hasta que de una de las puertas posteriores del vehículo sale una mujer que carga en sus brazos con un niño muy pequeño, quizá de tres o cuatro años. El niño parece desvanecido.

En una décima de segundo, todo cobra sentido y nadie duda. La mujer corre cargada con el niño inerte hasta el coche policial asistida por los dos hombres corpulentos que la ayudan y corren de nuevo a su vehículo.

Es cierto que a veces las palabras sobran. De nuevo podemos imaginar lo que ha sucedido sin necesidad de explicación alguna. Si el niño es trasladado por el coche policial, nadie los parará y las sirenas harán que todos les abran el paso.

El relevo lo tiene ahora el policía y podemos ver cómo el oficial que está al volante acelera sin titubear. Ahora es él quien conduce a toda velocidad y maniobra, en algunos momentos, como al llegar a una rotonda, llegando a esquivar coches por cuestión de centímetros para llevar al niño y a su madre al hospital cuanto antes.

El tiempo apremia. Los policías han asumido como suya esta emergencia y llevan a la madre y al pequeño hasta la misma puerta del hospital. Una agente femenina incluso abre el paso. Podemos oír el breve llanto del pequeño mientras vemos a las dos mujeres desaparecer con él en brazos a toda velocidad y nos quedamos con el corazón encogido y deseando que la intervención de estos agentes haya dado fruto y el pequeño esté ya fuera de peligro.

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