Así reaccionó Chris Watts al darse cuenta de que el vídeo que le estaba mostrando a la policía, grabado por la cámara de vigilancia de un vecino, captó el momento en el que cargaba en su coche los cuerpos de su familia asesinada
Ya nos avisó en el siglo XIX el escritor británico Thomas de Quincey: “Si uno empieza por permitirse un asesinato pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente". Esto es el célebre primer párrafo del ensayo Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes. Mucha retranca la de Tomás.
“Matar es fácil”, decía Agatha Christie. Lo difícil es hacerlo sin que te pillen. El enésimo ejemplo de eso nos lo proporciona este vídeo que nos acerca a Chris Watts, de 33 años, y hoy acusado de cuatro asesinatos.
Este estadounidense de Colorado asesinó a su esposa, Shanann, de 34 años y que se encontraba embarazada de 15 semanas. Watts también asesinó a sus dos niñas pequeñas, Bella y Celeste, de 4 y 3 años. Luego procedió a ocultar sus cuerpos en bidones de petróleo, contando a la policía que la desaparición de las tres era una mera huida del hogar conyugal.
Una historia horrenda, sin duda. Pero como ya hemos insinuado, el asesinato es algo que casi siempre llevan a cabo quienes no son ‘los más listos de la clase’.
Nos explicamos.
El vídeo que encabeza estas líneas está grabado por la cámara corporal de un agente de policía. Recoge el momento en el que Watts le muestra al susodicho policía las grabaciones de la cámara de seguridad de su vecino. Es la primera vez que Watts ve esas imágenes. Se las estaba mostrando a la policía convencido de que ayudarían a confirmar su coartada. Pero... pasó justo lo contrario. Por unos centímetros.
El metraje, facilitado por la oficina del fiscal de Weld County capta la reacción de Watts cuando se percata de que la cámara de su amigo captó el momento en el que él metía los cuerpos de sus familiares, de sus víctimas, en su furgoneta. Se le ve acercar el vehículo de culo hasta la puerta de su garaje, cuando según su declaración él estaba trabajando a esas horas. Se destruía la coartada y la historia de la fuga familiar.
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Un vídeo te registra y tu plan criminal ya no significa nada. Tu mente funciona a mil por hora e intentas dar alguna justificación por absurda que pueda ser. Nada sirve. Nada te cubre. La prisión y la condena se ciernen sobre ti. Y mirar ahora las fotos de una familia supuestamente feliz, todo sonrisas, se hace doloroso. Por ello, quizá la cita de De Quincey, con su brutal ironía nos permite distanciarnos del espanto.
Del espanto de matar a tu esposa y niñas, estrangulándolas. Del espanto de embutirlas en estrechos bidones llenos de algo oleoso y negro. El espanto de saber que cuando la policía forense recuperó los cuerpos, su piel se despegaba del cuerpo como cuando nos quitamos un guante.
En el tiempo que le quede a Chris Watts, que probablemente será toda la vida entre rejas, ya que ha sido encontrado culpable de todos los cargos de asesinato y otros delitos accesorios al crimen, puede que alguna vez llegue a arrepentirse. Nos referimos a arrepentirse de los crímenes, no de haber sido atrapado.
De la misma manera, en algún momento de toda su futura e insegura vida entre rejas, puede que lamente haber acordado con el Fiscal del Distrito el haberse declarado culpable a cambio de que este no solicitara la pena de muerte, que está vigente en el estado de Colorado. A veces, no ser capaz de olvidar es el peor de los castigos posibles.
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