La activista solidaria Kristin Foss asegura haber sido alcanzada dos veces por disparos de soldados israelíes en una sola semana
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Kristin Foss se encontraba en la aldea de Kafr Qaddum donde todos los viernes y sábados la población local se manifiesta para poder transitar por una carretera que actualmente ha quedado para la utilización exclusiva de los soldados. Las protestas son reprimidas con violencia extrema en esta zona y la activista noruega se acercó para mostrar su solidaridad con la población de ese enclave.
En su primera visita, Foss resultó herida. Asegura que un grupo de soldados la dispararon alcanzándola en al abdomen con balas recubiertas de goma. Días después volvió a acercarse y recibió otro tiro en el pie. Actualmente se encuentra recuperándose de ambos episodios.
Kristine es parte del Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM), una organización palestina no violenta que realiza labores de ayuda en la zona: desde ayuda a escolares, a los manifestantes, a las personas cuando sus casas son asaltadas, etc. Estos activistas internacionales se desplazan a lugares conflictivos de Palestina para ejercer como observadores y paliar en la medida de lo posible los ataques a la población por parte del ejército israelí. En ocasiones pueden disuadir a los soldados con su presencia, pero esta vez no fue así.
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En el momento que muestra el vídeo que encabeza estas líneas, Foster se encontraba con un anciano al que le habían confiscado el coche los soldados para usarlo como escudo. El hombre se acercó a ella y a su compañera para que le ayudasen a recuperarlo. Con las manos en alto y el teléfono en una de ellas, Foster se acercó a los soldados.
“Es peligroso”, le grita uno de ellos a ambas mujeres. La activista le contesta que “Sois vosotros quienes lo hacéis peligroso” al estar apuntándoles con un arma. Después se viven unos momentos de tensión en los que los soldados hablan entre ellos. Deciden disparar a la activista, que sufre daños en el abdomen. Foster fue trasladada al hospital en una ambulancia de la Media Luna Roja y allí recibió tratamiento médico.
Hematoma y herida causada por el primer disparo en el abdomen
En esta zona los soldados suelen utilizar balas recubiertas de goma, aunque también en ocasiones disparan con munición real. "Lo que sabemos es que la primera vez que recibió un disparo, ella fue parte de una manifestación violenta", aseguraba el embajador de Israel en Noruega, Dan Poraz. Pero las imágenes grabadas por la activista muestran que se encontraba lejos de cualquier tumulto y con los brazos en alto, por lo que es complicado que supusiera una amenaza.
El embajador recalca que la primera vez que la dispararon fue “justificado”, pero ¿y la segunda? A pesar del primer incidente, Kristine volvió al lugar de los hechos “para mostrar que la solidaridad es más fuerte que el miedo”, según ha declarado. Con la misma munición le hicieron una herida en el pie.
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La mujer se está recuperando de ambas lesiones, pero se encuentra profundamente conmocionada por lo ocurrido. “Es un sentimiento desconcertante, el saber que un extraño me apuntó con su arma, tal vez discutió haberme disparado con sus colegas, y luego tomó la decisión de dispararme”.
Kristine es consciente de que la población palestina pasa por situaciones mucho peores que la suya a diario. “Lo que me sucedió a mí es solo un pequeño gusto, un sabor minúsculo de cómo es la vida bajo la ocupación de Israel”, asegura.
Ella ha decidido aprovechar su situación, el hecho de ser noruega, para dar a conocer la violencia con la que conviven allí. Su condición de europea la permite contar una historia que otros no pueden contar, porque no son escuchados.
