Una de las cuestiones que atañen a la convivencia en las ciudades y que está necesitada del uso de la mayor racionalidad posible es la coexistencia de los coches y de las bicicletas. La mayor parte de las urbes grandes y medianas han adoptado ya el uso del carril bici, como antes hicieron con el uso del carril bus. Pero para su buen funcionamiento, tan necesario como la planificación es la buena voluntad de ambas partes, el respeto de las normas de conducción y el cuidado lógico cuando una de esas partes corre objetivamente más peligro que la otra porque la carrocería de un ciclista es su propio cuerpo.
Vídeos como el presente demuestran que la actitud incívica de algunos obliga a que las autoridades tomen medidas siempre, pero más en casos extremos como el aquí vemos.
En el vídeo, grabado el pasado 6 de agosto en Clapham, en el municipio londinense de Lambeth, podemos ver cómo el conductor de un Audi A3 comienza a comportarse de forma agresiva, primero en la conducción del vehículo, para manifestarse luego en forma de insultos y amenazas hacia otros conductores y hacia un grupo de ciclistas con los que se movía en paralelo. Luego empezó el asedio físico: eb varios momentos el agresor conduce su coche de manera deliberada contra los ciclistas, haciéndoles temer por su integridad.
En cada semáforo en el que se detienen, las agresiones verbales continúan. El hombre, bastante fuera de sí, incluso comienza a lanzar diversos objetos desde el interior de su vehículo contra uno de los ciclistas que se para a su lado teléfono en mano. Objetos que deberían estar en una papelera, como latas de refrescos y botellas de plástico, pero que este impresentable ciudadano prefirió arrojar por su ventanilla contra los ciclistas.
El hombre sigue amagando con embestir a los ciclistas, mostrando su actitud chulesca y peligrosa… hasta la llegada de la policía que, probablemente avisada ya por algún paseante o alguno de los ciclistas, se aproxima en un vehículo camuflado. Se le acabó la fiesta.
El incidente termina bien y mal, ya que —afortunadamente y a pesar de todas las barbaridades efectuadas al volante por este provocador— nadie salió herido. La parte mala es que el hombre con ganas de gresca aún no ha sido identificado ni detenido. La policía confía en que este vídeo pueda ayudar a su arresto. No solo por su actitud, sino porque luego se ha comprado que el vehículo que conducía era robado.