Hay ocasiones en las que es justificado sentir que los humanos somos los hermanos mayores de los animales. Puede que no por edad o por los siglos que llevemos hollando la Tierra, sino por una correcta actitud ética hacia ellos.
En este vídeo grabado el pasado 21 de enero hay desplegada toda una corriente de emociones humanas e impulsos solidarios. Los de un puñado de habitantes de una aldea hacia un miembro de una especie diferente: un elefante. Un pequeño elefante.
Sucedió en la aldea de Kilinochchi , en el distrito de Tirunelveli, India. Las grabaciones efectuadas por los vecinos de una pequeña aldea muestran cómo, tras la caída de un pequeño elefante a un pozo de 35 pies (unos 10 metros y medio), se combinaron los esfuerzos de los allí presentes y alguna ayuda mecánica para lograr, tras 4 horas de concentradas labores, que la joven criatura saliera de allí.
Varias decenas de civiles del pueblo y oficiales forestales ayudaron con cuerdas primero y con una retroexcavadora después, a mantener al animal con la cabeza fuera del agua, mientras se procedía a desmontar parcialmente el pozo. Crearon una cuesta desde el nivel del suelo hasta los citados diez metros de profundidad.
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Cuando el elefante ve vía libre gracias a la improvisada cuesta, animado —quizá un poco asustado— por los gritos de apoyo de los humanos que ya veían su salvación, sale del agua. Cansado, yace en la cuesta, sobre tierra. Después vuelve a ponerse de pie y, con su cuerpo aún atado con las cuerdas de los aldeanos, parece agradecer a la excavadora “su acción”, frotándose contra ella. Después procede a correr, apartándose del lugar dónde ha pasado tan mal trago y quizá sintiéndose perseguido aún por las voces alegres de los habitantes de la zona.
No es la primera vez que accidentes así ocurren en India. A veces, el animal se extravía. Otras, cae y la manada permanece cerca de él. Eso permite a los humanos ver que algo está ocurriendo y los oficiales que cuidan la vida salvaje de la zona, la flora y fauna india, entran en acción. Pero labores así son un perfecto ejemplo de trabajo en equipo.
Situaciones como esta nos hacen sentir optimismo e inclinación a creer que somos mayoría los dispuestos a mostrar qué significa verdaderamente la 'humanidad' aplicada a nuestros compañeros en el mundo, a nuestros “hermanos menores de conciencia”. Un trato respetuoso, considerado y comprometido en la conservación de los recursos naturales y la vida en todas sus formas. Bravo.
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