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“Centrolénido”. Suena casi a bonito insulto. Pero no lo es. A menos que alguien pretenda insultarte llamándote “rana de cristal” o “rana transparente”.
Son unas criaturas asombrosas: las miras y podrías creer que tienes visión de rayos X porque ves sus órganos internos a través de su piel. Casi como en esas prácticas académicas en las que se les hace una autopsia. Pero los órganos están en funcionamiento, mientras los observas. Y no eres tú el dotado; no, no dispones de una visión de rayos X. Son ellas, son esas ranas las que asombran con su peculiar organismo.
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El vídeo que encabeza estas líneas fue grabado por un herpetólogo. O sea, un zoólogo experto en reptiles y anfibios. Y recoge las imágenes de un espécimen de entre los muchos que están siendo cuidados y estudiados en la Amphibian Foundation, una organización sin ánimo de lucro con sede en Atlanta, Estados Unidos, que centra su empeño en la preservación de algunas especies concretas de ranas y salamandras en peligro.
Pero pocas maneras hay mejores de difundir la belleza peculiar de estos animales como la contemplación de vídeos como este en los que no se puede evitar un asombro cierto ante esos organismos simples y perfectos que de repente quedan expuestos ante nuestra mirada, sin esfuerzo.
Ver a una rana de cristal moverse, saltar, alimentarse, tiene algo de mágico. Como dicen desde la Amphibian Foundation en algún tuit, “sus cuerpos no dejan mucho a la imaginación”. Todo está a la vista y hay algo casi hipnótico en mirar su corazón latiente, en movimiento.
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La rana de cristal habita en países como Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Nicaragua o Panamá. Y, por cierto, reciben el nombre de ranas de cristal porque el carácter translucido de sus cuerpos les ayuda a camuflarse sobre cualquier superficie, ya que la luz los atraviesa. Eso sí, el espécimen que nos muestran el vídeo es realmente un caso extremo por su grado de transparencia.
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