Una niña con ‘síndrome de Rapunzel’ se somete a una operación para que le extraigan 3,5 kilos de pelo del estómago

Si tienes gatos en casa los habrás visto intentando escupir una bola de pelo. Con suerte, incluso la han escupido de verdad y te ha tocado recogerla. Lo que quizás no sabes es que los humanos también podemos formar bolas de pelo en el estómago. Y lo peor de todo: nosotros no podemos escupirlas.

La chica que aparece en el vídeo tuvo que someterse a una cirugía para que le extirpasen una bola de pelo del tamaño de un bebe. Sin exagerar. Con sólo 12 años había llegado a acumular 3 kilos y medio de pelo en sus entrañas, una bola de 35 centímetros de largo y 15 de ancho.

La operación se realizó en el Hospital Infantil de Mangystau, en Kazajistán. Fue ingresada por unas severas molestias en la tripa que comenzaron hace dos años y fueron empeorando de manera progresiva. La inmensa bola de pelo había colapsado el estómago hasta tal punto que ya no podía digerir la comida, provocando malnutrición y nauseas.

El cirujano jefe de la operación comentó el grave estado de la niña, remarcando que “debido a sus bajos niveles de proteínas y la hinchazón de sus piernas, los doctores han necesitado dos días para preparar a la chica para la cirugía”.

¿Cómo es que esta niña ha llegado a dicha situación en primer lugar?

Si tienes o has tenido el pelo largo seguro que alguna vez en tu vida lo has chupado e incluso mordisqueado. Hasta ahí la cosa va bien, porque los humanos no podemos evitar esa curiosidad de pasarlo todo por el escáner que tenemos en la boca.

Sin embargo, aquellas personas que pasan de mordisquearse el pelo a comérselo tienen un trastorno compulsivo llamado tricofagia, también conocido como el síndrome de Rapunzel (irónico ¿verdad?). Normalmente este trastorno es una ramificación de la tricotilomanía, una obsesión compulsiva por arrancarse el pelo. Esta disfuncionalidad psicológica comienza normalmente entre los 9 y 13 años en niños y niñas que sufren de estrés, depresión o ansiedad.

Aunque parezca increíble, se calcula que unos 30 millones de personas sufren de tricotilomanía a lo largo del mundo. De todas ellas, un 30% suele ingerir el pelo que se arranca, derivando en el síndrome de Rapunzel.

Los psiquiatras relacionan este trastorno con el descontrol de los impulsos, por lo que arrancarse e ingerir cabellos de cualquier parte del cuerpo puede ser una acción consciente o inconsciente.

Aunque comerse el pelo parezca algo inocente, el vídeo que encabeza este artículo demuestra los devastadores efectos que este síndrome puede ocasionar en el organismo. Además de perjudicar el correcto funcionamiento del estómago y los intestinos, puede derivar en problemas de salud crónicos o incluso en fallecimiento.

Lo más importante es detectar el problema a tiempo y ponerle solución. No dejes que tus amigos o familiares se comporten como si fueran... gatos.