"La niña sin miedo" sigue incordiando a algunos hombres... y por algo será.
La estatua “La niña sin miedo”, en actitud desafiante, frente al icónico toro de Wall Street no ha dejado de suscitar polémica desde que se colocó el pasado 8 de marzo.
La última noticia es que un hombre ha decidido colocar la estatua de un perro orinando sobre la pierna de la niña.
El responsable, Alex Gardega, ha defendido en declaraciones al New York Post que su intención era representar un perro “desagradable” para “degradar la figura de la niña sin miedo, del mismo modo que ella degrada la obra del toro”.
La estatua del perro no ha tardado en ser retirada de la escultura, según NY1. Sin embargo, ha dado tiempo para que la gente compartiera en redes sociales algunas imágenes de esa intervención “artística” de dudoso respeto.
Gardega, al parecer, está muy molesto con la imagen de la niña: asegura que la escultura no tiene nada que ver con el movimiento feminista y que es una estrategia de márketing financiada por un grupo de inversión de Boston.
En su momento, el autor del toro de Wall Street, el italiano Arturo Di Modica, también cargó duramente contra “la niña sin miedo” porque, decía, vulneraba los derechos artísticos de su obra. El escultor, junto a sus abogados, se plantea demandar al ayuntamiento de Nueva York y ha solicitado los permiso que garantizan la legalidad de esa obra frente a la suya.
“La niña sin miedo” es una estatua en bronce de la artista Kristen Visbal y fue colocada la víspera del Día Internacional de la Mujer. La campaña, financiada por State Street, insta a las empresas a que incluyan a mujeres en puestos de dirección y de liderazgo, por lo que en muy poco tiempo ha adquirido un importante valor simbólico.
Varios usuarios hicieron una petición para que la obra de “La niña sin miedo” pudiera quedarse ahí durante más tiempo. Finalmente, la obra permanecerá un año.
El que ha tardado mucho menos en desaparecer ha sido el perro orinando. Después de algunas horas y vista la polémica, el propio responsable ha decidido retirar él mismo el perro, antes de que alguien lo haga por él.