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Artículo Danny Boyle: “Instagram es la heroína de nuestros días” Culture

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Danny Boyle: “Instagram es la heroína de nuestros días”

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Hablamos con el director de ‘Trainspotting’ sobre la secuela de su película más icónica

víctor parkas

03 Febrero 2017 11:14

Antes de que a los sleepers se les llamase ‘sleepers’, Trainspotting, un film independiente basado en la novela homónima de Irvine Welsh, se convertía en la voz de una generación allá por el año 1996. Desde entonces, su iconografía ha servido para forrar paredes en pisos de estudiantes. Para serigrafiar camisetas de punks adolescentes. Para relanzar la carrera de Iggy Pop.



Otra forma de decirlo: Trainspotting, junto Pulp Fiction y El Club de la Lucha, es la película de culto por antonomasia de los años noventa. Y eso es mucho decir para una historia sobre heroinómanos escoceses que huyen de la policía al ritmo de Lust for Life.

En ese escenario, ¿qué sentido tiene dedicarle a Trainspotting una secuela dos décadas después de su estreno? T2 Trainspotting viene precedida tanto por la expectación de unos fans que desean reencontrarse con sus personajes favoritos, como por haters que no quieren por nada del mundo ver mancillado uno de sus films predilectos.

Para entender las claves de este insólito regreso, nos hemos reunido con el director de ambas películas: Danny Boyle.  

Desde su estreno en 1996, Trainspotting se convirtió en un clásico moderno prácticamente de forma instantánea. Teniendo en cuenta que han pasado veinte años desde entonces, ¿qué te ha empujado a retomar estos personajes?

Precisamente eso: el hecho de que hayan pasado veinte años y ellos tengan cuarenta. Es justo a esa edad cuando caes en la cuenta de que, si antes eras tú el que no se preocupaba por el paso del tiempo, ahora es el tiempo el que no tiene ninguna consideración por ti. Y, cuando llegas a esa conclusión, es como si recibieses un puñetazo en la cara. Explorar cómo había afectado eso a los personajes de Trainspotting me pareció una buena razón para rodar esta secuela.

Trainspotting tiene miles de fans. Teniendo en cuenta eso, ¿sentías durante el rodaje una responsabilidad extra, en comparación a la que tienes en cualquier otro de tus proyectos?

Sabía, por lo menos, que no quería decepcionar a esos fans. Por eso, aunque hacía tiempo que estaba sobre la mesa llevar al cine Porno, la secuela editorial de Trainspotting, los guiones adaptados que nos presentaban nunca me parecían lo suficientemente buenos. Sentía que necesitábamos encontrar una historia más humana y personal para no traicionar a los fans de la película original. Ten en cuenta que, veinte años después, la gente se me sigue acercando para hablarme de Renton, de Begbie…

¿Crees entonces que Trainspotting ha conectado con la gente más que cualquier otra película que hayas hecho?

Bueno, por lo menos es una película de la que la gente recuerda los nombres de los personajes, y eso no es nada habitual. Ya no es sólo que los fans vengan a hablarte de Renton o de Sick Boy, sino la manera en que lo hacen: da la sensación que te están hablando de gente a la que realmente conocen; gente real. En gran medida, creo que esto es así porque Trainspotting ha aguantado muy bien el paso del tiempo. Es una de esas películas que la gente quiere ver una y otra vez.

Esta segunda parte de Trainspotting está cargada de nostalgia, pero una nostalgia de naturaleza dañina. ¿Crees que vivimos atrapados por nuestro pasado?

No sé si ‘atrapados’ es la palabra, pero sí creo que existe una obsesión por los años de juventud; y es algo que afecta especialmente a los hombres: somos nosotros los que queremos volver una y otra vez a la veintena. Hay un momento en T2 Trainspotting donde Renton y Sick Boy, hasta arriba de cocaína, le cuentan batallitas a una chica joven, y ella está en plan “¿Pero qué coño dicen?”. El pasado puede formar parte de nuestro ADN, pero no interesa a nadie más que a nosotros mismos.

Es paradójico que dos exheroinómanos sientan nostalgia por su pasado, pero también es cierto que Trainspotting no arrojaba una visión muy crítica acerca del consumo de drogas.

La cuestión no está en ser o no crítico, sino en ser o no moralista. Y Trainspotting no es una película moralista. Los motivos que llevan a la gente a tomar drogas son muy complicados, y a la vez muy sencillos; pero, en cualquier caso, no es un tema al que te puedas acercar de forma simplista o panfletaria. Las drogas dejan muchas víctimas a su paso, sí; pero la mayoría de gente que ha experimentado con ellas logra sobrevivir.

Sea como sea, el visionado de Trainspotting genera un tipo de ansiedad muy particular. Quiero decir: yo veo Trainspotting y me entran ganas, mínimo, de volver a fumar.

Eso es porque los personajes, aun siendo muy extremos, también consiguen ser muy familiares; tienen comportamientos que puedes reconocer en amigos tuyos. Si la gente sigue siendo capaz de verse reflejada en Trainspotting es porque muestra muchas maneras diferentes de acercarse al consumo de drogas. La gente agradece que la película sea así de sincera. Ese tipo de conexión sería imposible de establecer con una historia panfletaria o moralista, más todavía si hablamos de un tema tan complejo como son las drogas.

El famoso monólogo de “elige una vida” ha sido actualizado para T2 Trainspotting, incluyendo menciones a plataformas como Facebook o Instagram. ¿Crees que las redes sociales son también un tipo de droga?

Claro: es una obviedad decir que Instagram es la heroína de nuestros días, o que Facebook es un placebo para las personas que, como los personajes de Trainspotting, se sienten en soledad de forma continuada. El monólogo de la primera película al que hacemos referencia tenía una actitud burlona y de “me importa todo una mierda”. El de T2 Trainpotting empieza igual, pero las palabras de Renton, las palabras de Ewan McGregor, ya no hacen referencia a esa otra gente que compra lavadoras y televisores: hacen referencia a él y en lo que se ha convertido.

El nuevo monólogo suena definitivamente desencantado.

Y lo es. El personaje de Ewan McGregor se ha transformado en el tipo de persona que no quería ser. Su vida es decepcionante: está en plena crisis de los 40 y preguntándose “¿Qué coño voy a hacer?”. Antes te decía que mucha gente consigue sobrevivir a las drogas; Renton es un buen ejemplo de eso. Y también de lo que es tener 46 años y estar jodido, sin que las drogas operen para nada en ese “estar jodido”. Renton está jodido por muchas otras razones.

El resto tampoco están mucho mejor…

Tienes razón: Begbie en prisión; Spud en un círculo vicioso de rehabilitación/recaída; Sick Boy enganchado a la cocaína… Es como si esos 20 años nunca hubieran pasado realmente para ellos. De hecho, de una forma consciente, no me interesaba recrearme en los eventos por los que estos personajes han pasado durante los últimos años. No hace falta que te muestre la vida de Renton en Amsterdam, ni a su mujer: está todo en su mirada. Su rostro es más que suficiente para entender qué le ha pasado durante todo este tiempo.


De esta nueva película, me interesa mucho las relaciones padres/hijos que se desarrollan durante la trama. ¿Por qué decides incluir los conflictos paternofiliales en T2 Trainspotting?  

Me interesaba añadir esa capa de lectura; hacer que T2 Trainspotting no sólo fuese una historia de hombres de mediana edad en crisis, sino también de hijos a los que sus padres han fallado. Hijos, además, a los que sus madres se han visto obligados a criar sin ninguna ayuda ni reconocimiento: cuando Begbie felicita a su pequeño por ser mejor que él, está obviando que es su pareja la que ha hecho todo el trabajo.

Aunque la película trate temas universales como estos, ¿crees que es un producto accesible para la gente que no conoce Trainspotting?

Según el feedback que recibo, parece que sí. Aunque Trainspotting, siendo como es una parte tan importante de mi vida, hace que no pueda ni tan siquiera ponerme en la piel de alguien que no la haya visto para responder de forma apropiada a tu pregunta. Espero, por lo menos, que la gente joven que se acerque a T2 Trainspotting sepan entenderla como algo más que una colección de viejos hipsters. Quizás, la película incluso les sirva para entender mejor a sus padres.



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