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Artículo Este juego de rol se ha convertido en una terapia para jóvenes con problemas sociales Culture

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Este juego de rol se ha convertido en una terapia para jóvenes con problemas sociales

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"Para alguien que nunca sale de su casa excepto para ir a la escuela, tener un compañero al que poderle decir 'necesito tu ayuda para abrir una puerta' marca una gran diferencia"

03 Mayo 2017 06:00

Frank es un adolescente alto, sensible y extremadamente vergonzoso. Cuando era un crío, se sentaba con los pies en la cara para que nadie pudiera verle. Al crecer, su actitud no mejoró en absoluto. Sin embargo, cuando juega a Dungeons & Dragons es un enano sin complejos, ruidoso, torpe y muy bondadoso.



Frank forma parte del Weelhouse Workshop, un método terapéutico nacido en Seattle y expandido en otros seis centros de Estados Unidos. “Gracias a Dungeons & Dragons, Frank aprende a relacionarse con distintas habilidades sociales”, explica Adam Davis, fundador del grupo.

La idea de utilizar juegos de mesa para conseguir que los jóvenes con problemas sociales se abran no ha sido de Davis. Pero, después de probar los métodos más tradicionales, el terapeuta vio en Dungeons & Dragons una oportunidad única para lograr este objetivo.

“Para alguien que nunca sale de su casa excepto para ir a la escuela, tener un compañero al que poderle decir ‘necesito tu ayuda para abrir una puerta’ marca una gran diferencia”, comenta Adam Johns, cofundador del método junto a Davis.

Vía NBC News

La clave de su funcionamiento no tiene misterio. D&D es uno de los juegos cooperativos que más insta a los jugadores a reimaginar formas con las que interactuar con los compañeros. Y, como cada jugador tiene una habilidad única y especial, todos tienen un momento clave en el que demuestran ser valiosos para el grupo.

Otro terapeuta que utiliza este método es Jack Berkenstock, quien dirige la organización Bodhana en Pennsylvania. El organismo no lucrativo busca darle valor social y educativo a los juegos de rol, y el D&D es el que mejor les funciona. “Empezamos a ver que los niños tenían problemas familiares a través del juego. Sus personajes eran ficticios, pero también mostraban una gran parte de su carácter”, aclara.

Tal y como explican ambos, la diferencia entre una partida normal y una terapéutica de D&D radica en su intencionalidad. Cuando diseña una partida, Berkenstock busca que las acciones de los jugadores tengan consecuencias claras, no solo en lo que ocurre sino en el estado de ánimo de cada personaje. Incluso, cuando los jugadores atacan un poblado orco, se encarga de relatar lo mal que lo pasan los niños orco y sus madres.

Pero quizás la principal diferencia entre este método y los más tradicionales es que D&D fue concebido únicamente como un juego. La principal misión de los jugadores es divertirse. Y, una vez eso está conseguido, el aprendizaje y la mejora de las capacidades sociales llegan de su mano.

[Vía Kotaku]

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