La Gala del Met de este año ha sido una fantasía blasfema en toda regla, y Rihanna se ha llevado el premio al look más controvertido
La Gala del Met de este año ha conseguido con su temática una cosa que parecía imposible: hacer que a los que nos dan exactamente igual las alfombras rojas estemos living mirando uno tras otro los looks que todos los famosos llevaron a esta fiesta.
Para quién no lo sepa, la Gala del Met es una fiesta benéfica anual que da inicio a la exposición de moda anual del Instituto del Vestido del Museo Metropolitano de Arte de la ciudad de Nueva York. Cada año, la gala tiene una temática, y las celebrities suelen currárselo bastante.
La de este año era, y cito textualmente, “Cuerpos celestiales: la moda y el imaginario católico”. Nada más escucharlo resonaron en mi mente (y la de muchos) castañuelas de blasfemia, y he decir que incluso llevando al límite mis fantasías de atea convencida, no me imaginaba que el nivel iba a ser tan alto.
El premio sin duda se lo ha llevado Rihanna, que como reina vitalicia de la gala que es eligió vestirse de cabeza de la iglesia y ganarse su entrada al infierno por todo lo alto.
Aunque la mayoría de la gente está fantaseando fuertemente con la idea de Rihanna como nueva papa.
Disfrutando de ver como una mujer de armas tomar como ella puede reirse del machismo religioso sin pestañear.
E incluso planeando actos tirando a criminales.
Y bueno, haciendo risis en general.
Los católicos del mundo están tecleando con esa súper energía que solo estados alterados de ofensa pueden darle al ser humano.
"#MyReligiónNoEsTuDisfraz, Met Gala, creo que es totalmente asqueroso. Una elección pobre del tema, los trajes, etc. Irrespetuoso. Estoy contenta de no estar viéndolo. #Católica #TwitterCatólico".
"Estoy tan enfadada y perturbada con la elección de este año del tema de la Gala del Met. ¿Por qué está bien que los famosos sexualicen y falten al respeto a la Iglesia Católica? Estos disfraces no están glorificando la fe de ninguna de las maneras. Ninguna otra religión sería burlada así".
Aunque no todos lo han visto así.
Esperamos que el resto se tome una tila y se relajen, porque como se pongan a repasar uno por uno todos los estilismos, pueden acabar pecando de ira. Y yo no fui a catequesis, pero pecar=mal, esa parte me la sé.
No sabía si iba a ser yo la única blasfemofílica que estaba gozando de todo esto, pero al parecer no estoy sola.
De hecho el frivolizar de semejante forma con el imaginario católico ha conseguido que personas ni tan siquiera conocían la gala se hayan vuelto instantáneamente fans.
Pero después de todo este subidón de notar iglesias ardiendo en nuestro pecho, llega el bajón al pensar que si nos diese por hacer esto en España, acabaríamos todos la fiesta en los juzgados.