Los paralelismos entre la administración Trump y el gobierno dictatorial de la novela distópica han provocado que el libro vuelva a ser un best-seller
Cuando la consejera del gobierno Trump, Kellyanne Conway, defendió las falsedades del actual secretario de prensa republicano, asegurando que “lo que hace Spicer no es mentir, sino presentar hechos alternativos”, la red se llenó de memes afeándole dichas declaraciones.
Lo que nadie podía prever era que la astracanada de Conway provocaría que 1984, la obra cumbre de George Orwell, se convirtiese rápidamente en un best seller, encontrándose ahora mismo en el puesto seis de los diez libros más vendidos en la web de Amazon.
1984 (publicada en 1949) es una novela que presenta un futuro distópico de vigilancia perpetua y de represión policial, ambas ejercidas bajo la atenta mirada de una omnipresente figura llamada Gran Hermano.
1984 plantea conceptos perfectamente extrapolables a nuestra época: si la represiva neolengua de Orwell bien podrían ser nuestros emojis, los ‘hechos alternativos’ de Conway serían claramente el ‘doblepensar’ orwelliano.
“Doblepensar”, escribió Orwell, “es la facultad de tener dos opiniones contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente. El intelectual del Partido sabe en qué dirección han de ser alterados sus recuerdos; por tanto, sabe que está trucando la realidad; pero al mismo tiempo se satisface a sí mismo por medio del ejercicio del doblepensar en el sentido de que la realidad no queda violada”.
“El acto esencial del Partido es el empleo del engaño consciente, conservando a la vez la firmeza de propósito que caracteriza a la auténtica honradez. Decir mentiras a la vez que se cree sinceramente en ellas, olvidar todo hecho que no convenga recordar, y luego, cuando vuelva a ser necesario, sacarlo del olvido sólo por el tiempo que convenga, negar la existencia de la realidad objetiva sin dejar ni por un momento de saber que existe esa realidad que se niega”.
“Todo esto es indispensable”.
Las coincidencias entre el contexto que plantea 1984 y el que se avista tras la victoria de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos son muchas —es algo que va más allá de la eventual relación causa efecto entre los ‘hechos alternativos’ y la meteórica escalada de la obra de Orwell en las listas de novelas más vendidas.
¿Estarán comprándola los lectores para utilizarla como guía de supervivencia durante los próximos cuatro años de legislatura?