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“'OT' escucha a los jóvenes pero nos defiende cuando puede y cuando le interesa. Los concursantes y la audiencia han demostrado estar por delante de los responsables de la cadena en cuanto a conciencia social. Estamos cuestionando los valores más carcas y obsoletos de nuestra sociedad y la generación adulta de España nos silencia tratándonos como locos. Pero no estamos locos por pedir un cambio”. #CuántaPluma
El debate en torno a la palabra “mariconez” se ha convertido en un asunto de Estado que ha terminado en un “o estás conmigo o estás contra mí” y Operación Triunfo, el ágora en el que se prendió esta llama, desaprovechó una oportunidad de oro para posicionarse como el altavoz de las nuevas generaciones. El programa optó por el conservadurismo para evitar la polémica, y dejó vía libre a los jóvenes –María, Miki y el público- para que lanzaran desde el respeto un contundente mensaje contra estas expresiones cotidianas cargadas de violencia.
Ayer el programase lavó las manos. Durante toda la semana, el debate sobre ‘mariconez’ ha ocupado titulares de prensa y declaraciones de políticos para que al final el talent show zanjara la gresca con un vídeo resumen y una escueta intervención de los concursantes y Ana Torroja. OT hizo como que no había pasado nada, pero la realidad es que pasaba de todo.
“’Mariconez’ es una palabra que a nosotras nos molesta. No imaginamos una sociedad que no conciba que una palabra así sea un insulto”, afirmó Miki. Roberto Leal agradeció que los dos concursantes cuestionaran la palabra porque “bienvenidos sean los discursos de tolerancia”. Sí, bienvenidos sean Roberto, pero la realidad es que Miki y María terminaron pasando por el aro, influidos por la presión que reciben al estar encerrados en la Academia y sin tener ni idea de la que se ha montado fuera. Al final, el público se rebeló y, además de hacer a María favorita, gritó “estupidez, estupidez” cuando el dueto terminó su actuación. La voz del pueblo se escuchó, porque era lo único que el programa no podía controlar.
OT nos entiende pero nos hace caso cuando puede y cuando le interesa. La Academia le dio la opción a María y a Miki de cambiar la palabra en discordia por ‘gilipollez’ o ‘estupidez’. Sin embargo, tras la negativa de José María Cano, autor del tema, ante la posible alteración, Noemí Galera les comunicó que tenían que recular.
La posición de OT respecto a la controversia con “mariconez” es comprensible pero no deja de caer en la peor hipocresía. Un tremendo error que sucedía justo en la misma semana en que TVE pedía perdón a la Falange por unos comentarios negativos que se pronunciaron en la Academia al respecto. TVE, en cambio, ha guardado silencio sobre la canción de Mecano, dejando en evidencia cuáles son sus verdaderos intereses y valores. Además, hay que tener en cuenta que la Academia sí ha permitido otras permutaciones de palabras, ritmo, melodías e incluso idiomas en otras canciones. Sin ir más lejos, Gestmusic obligó a Becky G a cambiar la letra de su éxito Mayorespor su carga sexual, algo que muchos calificaron de censura.
¿Por qué cambiaron unas frases que consideraron ofensivas y no han permitido sustituir una palabra que dos jóvenes consideran violenta y homófoba? ¿Por no enfadar a Ana Torroja, que es además miembro del jurado? ¿Acaso llamaron a John Legend cuando Alfonso decidió adaptar al castellano parte de All of me? ¿Si alguien lanzara ahora una canción con la palabra 'mariconada' se lo perdonaríamos o lo criticaríamos?
En cierta forma, OT lleva desde la pasada edición tirando la piedra y escondiendo la mano. Si de algo puede presumir el programadesde su regreso es de haber lanzado mensajes feministas y a favor de la diversidad sexual, algo casi insólito en nuestra televisión pública. No obstante, cuando de verdad tienen que dar la cara, dan marcha atrás. Qué cobardía.
Seguro que escuchando a Amaia, Alfred, Natalia, Alba y cía más de un directivo de la corporación se ha tirado de los pelos. Quizá por eso la revolución sexual (y social) que inició OT hace un año está siendo aplacada. OT ha puesto en evidencia que los concursantes, cuya edad oscila entre los 18 y los 26 años, están por delante de los responsables de la cadena en cuanto a concienciación social y el ‘mariconez’ lo ha vuelto a demostrar.
'Mariconez” era un término homófobo hace 30 años, cuando Mecano publicó el tema Quédate en Madrid, y sigue siendo un término homófobo ahora en 2018. Si ahora lo estamos denunciando por voz de María y Miki es porque por fin tenemos el espacio para hacerlo. No obstante, esta libertad con la que antes no contábamos no le ha gustado al sector más conservador de la sociedad, que pasando por Alaska y Mario, Jorge Javier Vázquez, Soraya y El Sevilla, ha convertido un debate sobre la homofobia en el lenguaje en una guerra generacional. Desde su elitismo, algunos han aprovechado esta discusión para acusar a los jóvenes de hoy en día de ser unos millennials quejicas. Mientras tanto, ellos se autoretratan como los defensores de la verdad absoluta por haber vivido los transgresores años ochenta.
Por todas estas cosas, OT 2018 puede terminar de convertirse en una oportunidad perdida para reivindicar la voz de una generación que cuestiona los ideales más obsoletos y anacrónicos de nuestra sociedad. Callándola, callándonos, no conseguirán nada porque el despertar y el cambio ya lo hemos iniciado.
El ‘mariconez’ ha sido la mecha. El siguiente paso es el incendio.
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