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Artículo ¿Era Adán intersexual? Culture

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¿Era Adán intersexual?

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¿Alguna vez has pensando que, por las condiciones en las que fue creado Adán, tal vez no era tan “hombre” como te ha dicho la tradición judeo-cristiana?

Alex Arevalo

19 Septiembre 2019 23:18

Para nadie es un secreto que estamos viviendo una época de cambios. La lucha de las mujeres, de las poblaciones negras y de la comunidad LGBTIQ+ son una constante en casi todos los entornos en los que nos encontramos. Pero, mientras estas luchas por generar sociedades más igualitarias persisten, hay un porcentaje importante de la población que ha reaccionado tajantemente en contra de ellas.

Discursos enmarcados en tradiciones conservadoras y religiosas que se muestran como la salvación de la familia tradicional o de la vida (pensando, por ejemplo, en el tema del aborto) cada vez ocupan más espacio y son, sin lugar a dudas, el contrapeso más fuerte que viven las luchas antes mencionadas. Sin embargo, ¿hasta qué punto esos discursos fundamentados en religiones (como el cristianismo) son realmente críticos consigo mismos?

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Más que dar una respuesta definitiva a este interrogante me parece más valioso mirar, de manera muy rápida, algunas de las imágenes que forman parte del imaginario cristiano para ver cómo dentro de esta religión hay elementos que deberían ser pensados con mucha más profundidad por sus seguidores.

En el libro Mefistófeles y el andrógino el filósofo rumano Mircea Eliade hace una lectura detallada de las transformaciones que han tenido personajes fundamentales para la imaginería cristiana como Dios o el diablo. En el libro se presentan ejemplos de mitos de diferentes regiones del mundo en las que este par de personajes se muestran como hermanos o como parte de una misma sustancia iniciadora, más que como simples enemigos. Así mismo, en el texto hay varias lecturas sobre Adán, quien, de acuerdo a los relatos bíblicos, fue el primer “hombre” que habitó la tierra y del que, después de que Dios le quitara una costilla, se creó a la mujer.

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Dentro de las particularidades que más llaman la atención sobre esa historia de Adán está la que considera a este primer ser humano, no como un hombre sino como un andrógino o un intersexual, es decir, como un ser que tiene dentro de sí características del varón y de la hembra.

En el apartado El mito del andrógino, Eliade cita el Bereshit rabba que dice: “Adán y Eva fueron hechos espalda contra espalda y unidos por los hombros; después Dios los separó de un hachazo, dividiéndoles en dos. Existen otras opiniones: el primer hombre (Adán) era hombre en su mitad derecha y mujer en su mitad izquierda; pero Dios dividió las dos mitades”.

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Pero más interesante aún es la lectura que hace el filósofo rumano al referirse a ciertas sectas gnósticas cristianas en las que afima que “según las enseñanzas transmitidas por San Hipólito, Simón el Mago llamaba al espíritu primordial arsénothély, «varón-hembra». Los naasenos concebían igualmente al hombre celeste, Adamas, como un arsénothélys. El Adán terrestre no era sino una imagen del arquetipo celeste. Por tanto, él también era andrógino. Por el hecho de que los humanos descienden de Adán el arsénothélys existe virtualmente en cada hombre, y la perfección espiritual consiste justamente en encontrar en sí mismo esta androginia”.

Con esto, no se busca faltar al respeto de las creencias de quienes son practicantes de esta religión. Por el contrario, se busca invitar a la reflexión, a pensar cómo esos modelos que se conciben como definitivos han sufrido transformaciones y no han sido perpetuos. Y es también una invitación a que se sea empático con esas luchas que muchas veces se descartan por ir en contra de lo que se considera “normal, natural y definitivo”.

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