La pareja de celebridades se reafirma en dar mal rollo con un regalo de cumpleaños cursi a morir. Si no te lo crees, mira con atención el vídeo
Kim Kardashian y Kanye West llevan mucho tiempo ya bailando en una cuerda floja que va del cringe extremo a una falta total de ética y valores: de las chanclas tres tallas pequeñas con calcetines de Kanye a su peloteo compulsivo a Trump, de la fiesta del sudor que lleva Kim montada en sus botas de plástico sin calcetines a su anuncio de piruletas que quitan el hambre promoviendo la anorexia sin ruborizarse.
Puede que un aspecto retroalimente al otro. Es decir, que gestos como el que tuvieron la semana pasada de ir a visitar y adorar al presidente de Uganda, Yoweri Museveni — famoso entre otras cosas por querer condenar a cadena perpetua a los homosexuales — hagan que otras cosas que de otra forma nos resultarían indiferente nos den un cringe de querer arrancarnos los ojos con las uñas.
Estamos hablando del regalo de cumpleaños que le ha hecho Kanye a Kim por su cumpleaños...
Fondo blanco.
Piano.
Mazo de flores.
NIÑOS BAILANDO MAL DE FONDO.
Por el amor de Dios que repelús todo.
He scrolleado en los comentarios en busca de personas que compartieran la urticaria emocional que me ha producido ese despliegue de moñeo de ricos.
"El marido más romántico del universo. Amo a los niños bailando de fondo. Esto es amor, esto es familia".
Pero nada, 10 minutos dándole a la ruletita para abajo y TODO son gente que piensa que es precioso.
"Esto es tan bonito, Kanye".
En serio, esto es lo equivalente a los muñequitos de peluche con un corazón que dice “Te quiero”, pero en su versión de millonarios. ¿Nadie más lo ve así? ¿Nadie siente ese repelús?
"Juro que cada vez que veo algo sobre ellos siempre me doy cuenta de lo monos que son y lo mucho que se quieren el uno al otro, pero Kanye nos sorprende con más amor por Kim".
¿Será que no tengo alma? ¿Estoy definitivamente muerta por dentro?
Lo peor es que, por lo que he podido comprobar, Kanye siempre tiene gestos súper románticos de este tipo con Kim. A cada cual peor.
Este es el equivalente de millonarios de contratar a la tuna.
Este es el equivalente de millonarios de regalarle a tu novia un casco de moto amarillo fosforito para cuando la pases a buscar en tu moto todo guapa.
Este es el equivalente de millonarios de llenarle el salón con 250 kg de coliflores del mercado de tu barrio.
Quererse está bien.
Quererse sin dar cringe a la humanidad está mejor.
Y, sobre todo, no hagáis a vuestros hijos cómplices, que todavía no pueden razonar bien lo que hacen, las criaturas.
