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Por qué Peppa Pig se ha convertido en un símbolo de rebelión entre los jóvenes chinos

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Tiene más sentido de lo que parece...

Elena Rue Morgue

10 Julio 2018 15:09

Hasta hace poco Peppa Pig no era más que un dibujo animado infantil demasiado blanco (o rosa) para generar ningún tipo de conexión real con el mundo adulto. Pero aquello cambió con el capítulo en el que, en pleno catacrock mental al darse cuenta de que todo el mundo es capaz de silbar menos ella, Peppa le cuelga el teléfono a su amiga Susi con la mirada perdida en el horizonte.

Peppa nos representa a todos nosotros cuando tenemos una gestión emocional de mierda.

El momento de Peppa Pig colgando sin mediar palabra se convirtió en un meme de Twitter el septiembre pasado, de esos que pasan un poco sin pena ni gloria. En China, sin embargo, Peppa es ahora un icono de la contracultura juvenil del país.

Los chicos y chicas desencantados con el sistema visten con camisetas en las que la imagen de Peppa ha mancillado los logos de las grandes marcas de alta costura (Gucci, Chanel, Hermes, Balenciaga) y de las marcas chachi guays del momento (Supreme, Thrasher).

Estas camisetas que, de verlas en cualquier bazar chino de nuestros barrios hubiésemos asumido que son un fallo de diseño de taller ilegal cutre, son ahora la prenda cool para los shehuiren, los jóvenes chinos que quieren jugar a ser malotes pero sin liarla demasiado. No tienen los medios, así que se mofan de sí mismos y su propio wannabesmo.

Peppa Pig empezó a emitirse en China en 2015, y desde el primer momento tuvo una gran acogida. Lo que nadie se veía venir es que es calase tan hondo entre los que ya no son tan niños.

La obsesión con Peppa comenzó el pasado octubre con un post del bloguero Ah Pang en el que este hablaba de ella como un referente de ostentación burguesa, al tener una casa con jardín, un yate, varios coches… Joder, si es que la familia Pig es claramente de ricos de segunda generación: la madre de Peppa habla francés y sabe tocar el violín, esto en Carabanchel no pasa. Además, al ser un personaje infantil Peppa no tiene ideología, no se moja en nada — excepto en charcos de barro — por lo que es muy fácil convertirla en una mofa de la frivolidad de la gente de monedas.

Como pasa con todas las bromas en internet, el nuevo personaje creado a la imagen y semejanza de Peppa Pig empezó a desarrollarse sin frenos hasta convertirse en todo un icono gangster. ¿Peppa Pig como una malota del trap? Dios, aprendería chino solo para poder entender todos esos memes.

El caso es que el chiste no le hizo al gobierno ni puñetera gracia. En Abril la plataforma de música y vídeos Douyin (también conocida como Tik Tok) eliminó de un guantazo 30.000 contenidos sobre Peppa Pig de su red social. Nada casualmente, en Global Times, uno de los medios controlados por el gobierno, expresaron que los creadores de esos vídeos no eran más que "vagabundos ingobernables deambulan por ahí y son la antítesis de la joven generación que el partido comunista trata de cultivar".

El término shehuiren, que se traduce literalmente como “hombre de la sociedad”, hace referencia a jóvenes de 17 a 23 años aproximadamente, de clase baja, con pocos estudios y que suelen saltar de un trabajo temporal a otro.

Los shehuiren pasan mucho tiempo en las redes sociales y aspiran a conseguir la fama en ellas. No quieren ser gangsters, ni quieren ser gente “normal”, así que juegan sus cartas para diferenciarse del resto con lo poco que tienen en la cartera, creando su propio lenguaje y reinventando referencias.

Un 10 a la ironía de la Generación Z en china, pls.

En vez de tatuajes y Rolex enormes de oro, los shehuiren tienen calcomanías y relojes gigantes de Peppa Pig. Según explicó Global Times, en un solo mes la web de venta online china Toabao vendió 30.000 tatuajes adhesivos de Peppa Pig y unos 110.000 relojes..

No tienen pasta, pero se echan unas risas mientras se ríen de su propio contexto cultura.

No tienen curro, pero al menos saben pasárselo bien.

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