Sí: fuera de Televisión Española, la gente folla

Empecemos por el principio: lo mejor que se ha escrito sobre este vídeo…

… ya lo firmado el preclaro Joan Sanguino: «El ímpetu de Pablo podrá ser indiscreto, bochornoso o vulgar, pero machista es decirle esas cosas a una desconocida, no a una novia. Y hay pocas cosas más románticas que follar bien. ¿Qué habría sido más aceptable? ¿Que le pidiera en matrimonio? ¿Que le hiciera un flashmob? ¿Que, como hizo Joan Garrido en la gala 0, se refiriera a su novia como ‘un encanto de chica’?».

Basta seguir con desgana Operación Triunfo para saberte de memoria sus dinámicas: la gala empieza con la actuación de las dos nominadas, sigue con las del resto, que si una expulsión, que si una nominación, que sí. Incluso los bloques tienen sus propios lugares comunes, sus miserias repetitivas, sus bucles ridículos: referirse al triunfite como ‘un encanto de’ no es síntoma de espontaneidad por parte del allegado, sino de protocolo.

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Rubén Serrano

/ 2018-10-18

Todos los reencuentros con todos los nominados han sido rigurosamente soporíferos, pero las cosas sólo son soporíferas hasta que dejan de serlo. Ayer, cuando María se reencontró con su pareja, Pablo Amores, sucedió una esas anomalías dentro de la dinámica. Un error dentro del sistema, en un sistema tan poco proclive al error como es la televisión pública española. Nuestras pantallas, como en Persona de Bergman, se rasgaron.

«¿Qué es lo primero que vais a hacer si salís esta noche?». Pues follar.

A la altura del «yo he venido aquí a hablar de mi libro» en Queremos saber. Comparable al «mirarme to’l coño» en El Diario de Patricia. En sintonía con «¿quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza? ¡¿quién?!» aullado desde la casa de Guadalix de la Sierra, primera edición de Gran Hermano. La mezcla perfecta entre el «comerme la polla» de John Cobra en las postrimerías de Eurovisión y el «mierda» de John Lydon en Today.

¿Así de grande? ¡Pablo vestía una sudadera de The End of Evangelion!

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Eudald Espluga

/ 2018-09-27