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37 científicos acaban de decidir la dieta final que salvará al planeta

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Digital Sennin
 

Podría prevenir 11 millones de muertes al año

PlayGround

17 Enero 2019 17:20

Una hamburguesa a la semana o un entrecot al mes. Un par de raciones de pollo y pescado a la semana. Esta es toda la carne que puedes comer si sigues la dieta que salvará al planeta. O eso dicen los 37 científicos que han participado en la comisión EAT-Lancet y que han estado investigando cuál sería la manera para alimentarnos siendo respetuosos con el planeta.

El resto de la dieta se complentaría con verduras, frutas, frutos secos y legumbres, que deberían formar la mitad de cada plato que comamos.

Esta es la dieta de un día respetuosa con el planeta:

Frutos secos: 50 gramos

Legumbres: 75 gramos

Pescado: 28 gramos

Huevos: 13 gramos, es decir, un huevo y un poco más por semana

Carne: 14 gramos de carne roja y 29 gramos de pollo

Carbohidratos: 232 gramos de pan o arroz integrales y 50 gramos de vegetales almidonosos como la patata

Lácteos: 250 gramos

Vegetales: 300 gramos

Fruta: 200 gramos

La dieta permite 31 gramos de azúcar y 50 gramos de aceites como el aceite de oliva al día.

dieta-planeta

¿Es factible tal dieta? Para hacerla posible, la mayor parte de habitantes del mundo deberían cambiar su alimentación. Norteamérica y Europa tendrían que prescindir de toda la carne roja que consumen, el Sudeste Asiático del pescado y África de los vegetales almidonosos. Una forma de conseguir esto, en el caso de la carne roja, es subiéndole los impuestos para encarecerla y derivando esas ganancias extra a luchar contra el cambio climático.

Los expertos calculan que esta dieta podría prevenir 11 millones de muertes al año, sobre todo porque se reducirían los ataques al corazón y algunos cánceres, que son la primera causa de muerte en los países desarrollados. Por otro lado, también disminuirían las emisiones de gases de efecto invernadero, que en una cuarta parte provienen de la producción de alimentos. También se culpa a nuestra forma actual de abastecernos de comida de la emisión de micropartículas perjudiciales para la salud humana y de un consumo masivo de recursos hídricos.

Sin embargo, tal y como señaló Frank M. Mitloehner, profesor de Ciencia Animal y especialista en Calidad del Aire en la Universidad de California en Davis, y como reconoció posteriormente la FAO, la producción de carne no es más responsable del cambio climático que el transporte. Y las verduras que se cultivan en una parte del mundo y se transportan a otra tampoco son ecológicas precisamente por la cantidad de combustibles fósiles que se necesitan para su transporte. Este error tan divulgado fue una de las afirmaciones que la propia FAO hizo en el informe “La larga sombra de la ganadería” y que sólo consideró las emisiones que tienen lugar durante la quema de combustibles fósiles y olvidó, por ejemplo, las generadas en la construcción de los propios transportes.

¿Cuál es nuestro mayor problema: el consumo excesivo de carne en algunos países o el uso de transportes que generan gases de efecto invernadero? En realidad, ambos.

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