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La historia del joven indio que decidió dejarlo todo para luchar contra el hambre

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Durante toda su vida le dieron igual los 191 millones de personas hambrientas de su país porque él jamás pasó hambre, hasta que en un banquete cambió de opinión

PlayGround

05 Enero 2018 13:25

¿Cómo imagina el hambre un niño que nunca ha pasado hambre? Se lo dicen en la escuela, se lo dicen en la tele, se lo dicen en casa. Pero no es uno de los 66 millones de niños que en el mundo asisten a la escuela hambrientos. Ese también fue el caso de Ankit Kawatra. Nacido en Nueva Delhi en el seno de una familia acomodada, un día no pudo apartar más la vista del hambre que se vive en la India y decidió hacer algo: desde entonces ha repartido más de 9,5 millones de comidas calientes.

Todo ocurrió durante uno de esos fastuosos banquetes de bodas tan típicos de las clases poderosas. Ese desfile infinito de comida para 10 mil personas le removió muy adentro hasta que surgió la duda: ¿a dónde irá la comida sobrante? La respuesta fue demoledora: a la basura, como luego descubrió que sucedía a diario y en cualquier celebración.

Así que, de espaldas a su familia, dejó su trabajo en una importante consultora para acercarse a pedir la comida sobrante a cualquier banquete del que tuviera noticia. “La gente me miraba como si estuviera loco: '¿por qué íbamos a donar las sobras?', me preguntaban. Y se negaban a dármelas. No había ninguna conciencia del problema”, explica Ankit a El País.

Pero consiguió convencerlos de que las empresas de catering saldrían ganando: ahorraban tiempo y él no les cobraría nada por llevárselo a los más necesitados.

Lo que empezó casi como un proyecto clandestino y en solitario, amparado por la oscuridad de la madrugada, ha terminado por involucrar a 7.500 voluntarios en ciudades de todo el país y en levantar la organización Feeding India, necesaria en un país sin una ley que controle el desperdicio de alimentos y donde, según cifras de El País, se tira cada año el 40% de lo producido.

Cuenta con el apoyo de nutricionistas que verifican la calidad de la comida que se recoge y también con las donaciones que se realizan a través del micromecenazgo, ya que no recibe ayudas públicas.

La iniciativa de Ankit, que surgió en aquel banquete de bodas, no ha dejado de tener presente este tipo de celebración: “El problema real no es que se tire o se done la comida que sobra. El problema es que en una boda sobre comida como para alimentar a 5 mil personas”.

FAO/Alessandra Benedetti

Por eso explica que a la par que una tarea de distribución, su objetivo es también concienciar a las personas para que en este tipo de eventos no haya tantos desperdicios. Y va en la buena dirección, ya que mantiene conversaciones con el gobierno indio y con la industria alimentaria. “Hay que cambiar toda una cultura, y eso lleva tiempo”, reflexiona.

[Vía El País]

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