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La poderosa lucha de un pueblo para que McDonald's no se instale en su región

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El alcalde contestó a McDonald's en tres ocasiones. Mayo de 2014: NO, abril de 2015: NO y agosto de 2016: NO. Pero puede perder la batalla...

Rosa Molinero Trias

24 Abril 2018 16:44

Mientras que unos reclaman su derecho “a comer hamburguesas y patatas fritas”, otros afirman que eso “es comida basura y aquí no la necesitamos”. Eso es lo que piensan los habitantes de Dolus D’Oléron, un pueblo isleño de la Nueva Aquitania francesa que ha luchado durante cuatro años para que McDonald’s no se instale allí como los galos con los romanos en los cómics de Astérix y Obélix.

Su alcalde, Grégory Gendre, lo tiene muy claro: “El programa por el que fuimos escogidos y por el que la gente nos ha votado es el de sostener una agricultura duradera y de circuitos cortos”, dijo para France Info. De ahí que no dudara ni un segundo en frenar hasta 3 veces los planes del gigante hamburguesero: mayo de 2014, abril de 2015 y agosto de 2016.

Este experiodista de economía de 39 años, había trabajado en el departamento de comunicación de Greenpeace, es también fundador de la asociación ‘Roule ma frite’ para el reciclaje del aceite de fritura en restaurantes y cantinas escolares. Su experiencia en el activismo ecologista lo han mantenido firme en su meta, que ha quedado retratada en el documental Zéro phyto, 100% bio.

Desgraciadamente, su voluntad y la del resto de ciudadanos que le apoyan podría dar al traste pronto: un tribunal administrativo de Poitiers resolvió, el 21 de septiembre de 2017, que la alcaldía debía firmar el permiso de construir un McDonald’s tal y como solicitaba la empresa y el propietario de los terrenos, Philippe Villa, antiguo candidato a la alcaldía por la oposición.

La orden de permitir el y desde entonces la alcaldía acumula multas de 300 euros por día por el retraso. Se pagaron 9000 euros por el primer mes.E incluso el alcalde sacó de su bolsillo 5000 euros. Y ya tienen 131 mil euros para cubrir las multas de 2018, a la espera de que se resuelva su apelación en las cortes de Burdeos. Bien pagados, piensan, porque además de una lucha contra la mala alimentación, es una lucha contra el tráfico que genera un McDonald’s y los contratos basura que fomenta, cuenta el alcalde.

Sin embargo, no se han quedado cruzados de brazos. Este sábado arrancó una alternativa a McDonald’s que han llamado McDolus. Conscientes de las críticas de los pro-McDonald’s, que se han unido en esta página de Facebook para reivindicar el restaurante de fast-food como un lugar para los jóvenes, McDolus les ofrecerá wifi gratuito, comida sana y un lugar de reunión que tendrá los mismos horarios que su antagonista.

Erigido con la ayuda de 200 voluntarios en las 4 hectáreas de la antigua granja La Cailletière, el McDolus se instala en lo que se ha llamado ZAD, Zone d’Alimentation Durable, cuyas siglas hacen eco del grupo que detuvo la construcción de un aeropuerto cerca de Nantes para salvar las tierras de cultivo. Allí se concentrarán los productos e iniciativas más sostenibles del pueblo de Dolus y la Isla Doleron, como ostras orgánicas, anguila al perejil y vinos locales. “Con McDonald’s a la vuelta de la esquina, ya no queríamos seguir a la defensiva, pensamos que era mejor crear una alternativa”, afirmaba el alcalde.

La iniciativa isleña es en sí misma un isla dentro de la voracidad francesa por las hamburguesas estadounidenses: Francia se ha convertido en el primer mercado de McDonald's fuera de Estados Unidos. Qué atrás queda aquel agosto de 1999, en la que el activista José Bové fue encarcelado por organizar el destrozo un McDonald's en construcción en el pueblo de Millau, al norte de Montpellier.

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