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Trump ataca cruelmente al restaurante que no quiso servir a su portavoz

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Getty
 

"¡Si un restaurante está sucio por fuera, está sucio por dentro!"

Rosa Molinero Trias

25 Junio 2018 12:02

Este mediodía, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cargaba contra un restaurante: "El restaurante Red Hen debería centrarse más en limpiar sus toldos, puertas y ventanas (que necesitan urgentemente una mano de pintura) en lugar de rechazar servir a una persona excelente como Sarah Huckabee Sanders. Siempre he tenido una regla: ¡si un restaurante está sucio por fuera, está sucio por dentro!

Tal y como indicaba el tuit, todo esto venía por lo que le ocurrió este viernes a Sarah Sanders, portavoz del gobierno de Trump que ejerce de secretaria de prensa: fue echada de Red Hen, un restaurante de cocina estadounidense que encuentra sus ingredientes en el valle de Shenandoah donde se encuentra. La propietaria, Stephanie Wilkinson, fue advertida por sus empleados de la presencia de Sanders en su pequeño restaurante de Virginia y ella misma, que en aquel momento se encontraba en su casa, acudió para hacerse cargo del asunto que tenía a su equipo desconcertado. "¿Qué hacemos?", se preguntaban.

Al llegar, vió a la jefa del gabinete de prensa sentada ante unas tablas de queso junto su marido y otros hombres y mujeres. Sus platos ya se estaban elaborando en cocina. Pero reunió a su equipo y les dijo: "Decidme qué queréis que haga. Puedo decirle que se marche". Le contestaron que sí, que preferían que se marchara. Y así lo hizo, tal y como contó para The Washington Post, que hoy publicaba una columna de opinión de su consejo editorial pidiendo que se les dejara comer en paz con el argumento de que había que diferenciar entre sus vidas privadas y el ejercicio de su cargo público y dejar de hacerles escrache gastronómico.

"Quiero que te vayas", le dijo Stephanie Wilkinson. Tuvo en cuenta que la población de Lexington había votado mayormente en contra de Trump. Que Sanders trabajaba al servicio de una administración "sin ética e inhumana". Que había defendido las políticas más crueles del presidente. Que en su equipo se encontraban personas homosexuales, contra las que se quería legislar. Y aunque no lo comentó para la prensa, en su página web puede leerse que sus vegetales provienen del Rancho Calixto, una granja familiar fundada por migrantes mexicanos.


"Le expliqué que el restaurante tiene ciertos estándares que sentía que había que sostener, como la honestidad, la compasión y la cooperación", contaba Wilkinson para The Washington Post.

La respuesta de Sanders fue la siguiente: "Está bien. Me iré".

El resto de sus acompañantes fueron convidados a quedarse, pero se fueron con Sanders. Querían pagar lo consumido, pero la casa se hizo cargo de la cuenta.

La secretaria luego posteaba en Twitter:

"Ayer por la noche la propietaria del Red Hen, en Lexington, Virginia, me pidió que me marchara porque trabajo para el Presidente de los Estados Unidos y educadamente me marché. Sus acciones dicen mucho más sobre ella que de mí. Siempre intento hacer lo mejor para tratar a la gente, incluyendo a aquellos con los que no estoy de acuerdo, y con respeto seguiré haciéndolo".

Los medios e Internet también supieron de la noticia después que uno de los camareros, Jaike Foley-Schultz, fotografiara la nota que aquella noche se dejó después del servicio y la colgara en su Facebook, diciendo: "He servido a Sarah Huckabee Sanders por un total de dos minutos antes de que mi jefa le dijera que se fuera". Normalmente incluye ingredientes que se han acabado o que deben comprarse, accidentes o sucesos inusuales. Esta vez, también decía: "86 - Sara* Huckabee Sanders", que en el código de la industria significa "servicio rechazado", aunque también puede ser "retirar un ítem del menú".


Las reacciones han ido desde el aplauso hasta la furia, tanto en el Facebook del camarero como en la página de Yelp! de Red Hen, cuya puntuación ha bajado hasta las dos estrellas y media. Los fanáticos del presidente Trump intentan trolear al restaurante haciendo reservas falsas. También se han generado daños colaterales para otro restaurante llamado Red Hen del mismo distrito que está sufriendo las mismas consecuencias que el restaurante de Wilkinson.

El sábado, un día más tarde después de lo ocurrido, reporteros, fotógrafos y manifestantes se agolparon a las puertas del restaurante. Algunos abucheaban y otros celebraban la acción del restaurante. Sin embargo, la propietaria afirma: "Volvería a hacerlo otra vez. Hay momentos en los que la gente tiene que defender sus convicciones. Y este fue uno de ellos".

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