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Artículo Un estudio desvela por qué las mujeres pierden el interés en el sexo antes que sus parejas Life

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Un estudio desvela por qué las mujeres pierden el interés en el sexo antes que sus parejas

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Y no, no es porque las mujeres seamos "menos sexuales"

A.P.G.

21 Septiembre 2017 14:11

Imagen vía Getty

Que el amor se acaba es una obviedad bastante dolorosa. Que el deseo se apaga mucho antes que el amor, también. Todo empieza a ir bastante mal el día en el que te das cuenta de que mientras tienes sexo con tu novio, estás pensando que luego te comerás una pizza cuatro quesos. O que te falta pan bimbo. O que tienes que enviar ese dossier a tu jefe antes de las 20h. O el peor y más mezquino de los escenarios: cuando piensas que al menos estás haciendo algo de deporte. Ay. Las relaciones humanas son una cosa muy complicada. No es tu culpa. No es culpa de nadie.

Hace solo un año follar con este tipo que está acurrucado a tu lado te parecía el mejor plan y ahora ya no. Te lo preguntas con los ojos mirando al techo, justo en esa esquinita donde hay los restos de un mosquito que una vez matasteis juntos. Aquel día fuisteis felices. No como hoy. Pero antes de que te envalentones y le escribas un mensaje para enviarlo todo a la mierda: aguarda, espera. No estás sola.

Un estudio revela que lo que te ocurre a ti, nos ocurre a todas. Según una encuesta nacional en EEUU sobre Comportamientos Sexuales y Estilo de vida —basada en los datos de más de 10.000 hombres y mujeres de entre 16 y 74 años—las mujeres nos cansamos de nuestras parejas sexuales mucho antes que los hombres. Concretamente nos cansamos al cabo de un año.

Un. Maldito. Año.

En un año, todo se muere. Todo caduca. Todo se pudre. Pero antes de lamentarnos, vayamos al fondo del asunto. ¿Por qué diablos nos pasa esto? ¿Es que acaso no cuenta que durante ese año os hayáis ido juntos a Vietnam y que él resulte ser un tipo cariñoso, dedicado, interesado más o menos en el feminismo y amante del provolone? ¿Es que acaso todo eso no sirve de nada? ¿Qué pasa en ese año para que, al final de todo, estemos más interesadas en esos restos del mosquito muerto?

Une Femme Mariée, Jean-Luc Godard

Empecemos desmontando estereotipos: el estudio deja muy claro que esta falta de apetito sexual al cabo de un año de las mujeres no se debe a que las mujeres seamos seres menos sexuales. No. No. No. No. Eso es un estereotipo, como tantos otros, utilizado por los machistas y neomachistas para legitimar el acoso y los abusos sexuales. Os suena eso de: “Ah, es que nosotros no lo podemos evitar, somos muy sexuales”. Ya, bueno, machito, nosotras somos la misma especie que vosotros. Ese argumento no sirve.

El estudio, en cambio, arroja dos posibles hipótesis: en primer lugar, que nos han educado o nos han socializado para reinvertir constantemente en nosotras. Una lógica cien por cien capitalista de los afectos. Compramos vestidos nuevos. Bolsos nuevos. Buscamos nuevos cortes de pelo. Necesitamos cambiar de espacios. Trabajos. Amigos. Libros. Series. Estar en movimiento. Lo estático asusta: igual que despertarse cada día con la misma persona. Este argumento sería aplicable también a los hombres. En la sociedad del consumo estamos todos metidos. No sé por qué motivo nosotras deberíamos estarlo más. 

Otro argumento que destaca el informe es que las mujeres heterosexuales, por lo general, tienen un sexo de mierda. Duele esta frase, pero puede ser verdad. El hecho de que buena parte de nuestras relaciones —pasadas, actuales— estén o hayan estado basadas en la complacencia falocéntrica nos lleva a corto plazo al aburrimiento más absoluto. En esos casos, solo el descubrimiento de algo nuevo, otra cosa, otro cuerpo, es capaz de salvarnos. Incluso aunque ese sexo vuelva a ser otra vez de mierda. En realidad, según el informe, nos pasamos los años empezando ciclos solo por el gusto de empezarlos. Nuestras relaciones no mejoran. Los nuevos amantes no son necesariamente mejores. Son sencillamente nuevos.

Y como todo lo nuevo, al principio siempre es mejor.

Y ahora, hombres, al rincón de pensar.

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