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Las mujeres nos gastamos un total de 6.000 euros solo en productos para la menstruación

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¿Has pensado en qué podrías invertir todo este dinero?

Gemma Cuadrado

04 Diciembre 2019 17:26

Dar la vuelta al mundo. El máster que nunca hice. Un proyector, un equipo de música, un ordenador nuevo. Conciertos, entradas de cine, libros, discos y cómics que repartiría religiosamente en varios años de apogeo cultural. Invitar a mis amigos al Celler de Can Roca. Una noche en la suite del Four Seasons con la mejor botella de champagne que beberé jamás. Un total look de Gucci. Una vespa, un coche utilitario, ¡una lancha!, y si me pongo algo más conservadora, el colchón que nunca en la vida he sido capaz de ahorrar.

Todo esto es lo que podría comprarme si no tuviera la regla, o lo que es lo mismo, si no fuera una mujer.

Un estudio realizado por Intimina, una marca de copas menstruales, ha encontrado que las mujeres nos gastamos, de media, unos 6.000 euros en productos para nuestro período durante toda nuestra vida fértil. Lo que equivale a una cantidad de entre 10 y 15 euros al mes entre tampones, compresas, toallitas, ibuprofenos o un par de copas menstruales al año. Sin hablar de la ropa interior manchada de sangre que nunca lograremos limpiar o los días de baja que muchas se ven obligadas a pedir porque el dolor de ovarios les impide levantarse de la cama.

Las mujeres cobramos un 20% menos que los hombres según el último Informe Mundial sobre Salarios de la Organización Internacional del Trabajo. Por lo que vernos obligadas a gastar más dinero por el simple hecho de tener la menstruación no solo es injusto para todas, también resulta devastador para aquellas que ni siquiera pueden permitirse el privilegio de tener el período.

Cuando pensé en todo lo que podría comprarme con estos 6.000 euros manchados de sangre, no me vino a la mente ni un solo producto de primera necesidad. Sin embargo, la lista de muchas otras mujeres habría sido bastante menos hedonista que la mía. Más de la mitad de las encuestadas confesaron haber experimentado situaciones de pobreza como resultado de los elevados e injustificados costes de esta clase de producto. Un 60% admitió tener que presupuestarlos en sus gastos mensuales para ser capaces de afrontarlos y hasta el 79% aseguró haber hecho sacrificios importantes para poder pagarlos.

Pero, curiosamente, ser mujer no cuesta lo mismo en todo el mundo. El llamado “impuesto rosa” varía en función de donde vivas, como si la latitud interfiriera en el hecho de ser un bien de lujo o de primera necesidad. En Hungría, las mujeres pagan un 27% de impuestos cuando compran compresas y tampones, en Italia un 22% y en Alemania un 19%. En cambio, en Irlanda, estos productos están exentos de impuestos. Otros países, como España o Francia, mantienen los artículos de higiene íntima a un tipo reducido de IVA e incluso el gobierno español prometió reducirlo del 10% al 4%.

Pero la pobreza asociada al período no solo está vinculada a las finanzas, también tiene que ver con la accesibilidad. La mayoría de las mujeres encuestadas opinaron que los productos menstruales no solo deberían estar subvencionados por el gobierno, sino que también tendrían que almacenarse de forma gratuita en baños públicos, escuelas, universidades y lugares de trabajo. De hecho, un 45% aseguró haber tenido que cancelar compromisos importantes por culpa de tener la regla por no disponer de artículos higiénicos. Saltarse una clase, cancelar una cita o marcharse antes del trabajo es algo habitual para nosotras.

Lo que demuestra que, inevitablemente, la vida de todas las mujeres gira entorno a su menstruación.

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