En esta clínica de Albuquerque podrían haber infectado de VIH a quienes se hicieron un “vampire facial”, el tratamiento de moda en el que se usa la sangre del paciente
Es más que probable que en el último año hayas visto a los máximos exponentes de la vanidad intagramera famosil con la cara como su hubiesen tenido que comerse una tarta de queso con mermelada de arándanos sin manos.
Por si no lo sabías — y pido perdón por adelantado a la gente aprensiva con estos temas — esa cosa roja que el clan Kardashian y demás modelos e influencers llevan refregado en sus bellos rostros en muchas de sus fotos no es ni una mascarilla de frutas ni los restos de una sesión de maquillaje divertida con los niños de la familia: el pegote rojo es simple y llanamente sangre.
Antes de que algún machito ofendido se vuelva loco pensando que como esto es PlayGround el tema va de esparcirse la sangre menstrual por la cara a modo de brujería feminista, sorry trolls, vais a tener que esperar a otra ocasión para jugar esa carta.
Se trata de un tratamiento de belleza conocido como “vampire facial” que consiste en extraer la sangre del propio paciente para separar de ella el plasma e inyectarlo en el rostro con micropunciones. Con esta técnica que parece una versión actualizada de los rituales cosméticos de la Baronesa Bathory se pretende lograr un rejuvenecimiento del rostro. Sin sacrificar vírgenes, claro, que eso ahora ya no se estila.
El caso es que jugar con sangre es peligroso si no se toman las medidas de sanidad necesarias, y las autoridades sanitarias de Albuquerque (en el estado de Nuevo México) acaban de tener que lanzar un aviso recomendando a todos los que se hicieron este tratamiento en el establecimiento VIP Spa que se hagan pruebas de VIH.
“Es muy importante que cualquiera que recibiera un vampire facial o cualquier otro servicio que requiera una inyección en el VIP Spa en mayo o junio de 2018 venga a la oficina pública de salud para un test confidencial y asesoramiento”, declaró en el secretario del Gabinete del Departamento de Salud de Nuevo México, Lynn Gallagher.
Como con cualquier procedimiento que requiere algún tipo de inyección o punción en el cuerpo, sea un piercing, un tatuaje o un tratamiento de belleza, es importante tratar de informarnos al máximo posible de que estamos acudiendo a un local profesional en el que se respetan las normativas sanitarias, que tengan todas las titulaciones a la vista y nunca olvidar de que todo el material ha de ser estéril y abierto en presencia del paciente.
Y, si algo te da desconfianza, no dudes en preguntar todo lo que haga falta o echarte para atrás en el último momento.