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¡Hey! Las vulvas también existen (y necesitan un preservativo propio)

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Charles XT | Unsplash
 

En Argentina, el Proyecto Preservativo para Vulvas exige al Estado diseñar y distribuir un condón que se adapte a prácticas más allá de la penetración

Emilia Erbetta

20 Diciembre 2019 20:11

Condón, forro, goma, gorro: no importa cómo lo llamemos, cuando pensamos en “preservativo”, muchos de nosotros pensamos un cilindro de látex que sirve para cubrir el pene.

No es que nos falte imaginación, es que (aunque parezca mentira ¡porque estamos casi en 2020!) en el mercado faltan preservativos especialmente diseñados para vulvas.

Es, pues, como si el preservativo peneano fuera el condón universal.

A mediados de 2019, un grupo de mujeres, lesbianas, chicos trans y personas no binarias de Argentina se autoconvocaron por redes sociales y armaron una primera reunión. Tenían algo en común: eran personas con vulva que querían hablar de la violencia que sentían (y sienten) cuando para tener sexo seguro dependen de un preservativo que no se adapta a sus cuerpos.

¿Qué hacemos? Esa fue la pregunta que los llevó a crear el Proyecto Preservativo para Vulvas.

Esa tarde decidieron que iban a trabajar para que exista un preservativo específicamente diseñado para el sexo entre personas con vulva. Armaron comisiones, delinearon objetivos, crearon un par de cuentas en redes sociales y se pusieron a trabajar.

Ahora están en la primera fase: la de difusión y concientización sobre esta falta. Su modelo de trabajo es la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito que en Argentina logró instalar el tema en la agenda pública y llevarlo al Congreso (donde estuvo a punto de aprobarse en 2018).

Ju tiene 26 años y se identifica como lesbiana no binarie. Para hablar en primera persona usa pronombres terminados en "e": es sociólogue, docente y parte del proyecto desde esa primera reunión. Prefiere que no incluyamos su apellido en este artículo.

Lo primero que nos explica es que no quieren reproducir la “perspectiva higienista, sanitarista o de riesgo” que asocia al sexo con el peligro y que se popularizó en los 80 con la aparición del VIH como epidemia global.

Lo que buscan es erotizar el cuidado: terminar con la idea súper extendida de que el sexo entre personas con vulva (y sí, no hablamos solo de mujeres) no necesita de métodos de barrera e incorporar la noción de protección desde otra perspectiva, asociada al placer.

“Que cuidarse no sea sinónimo de algo negativo que no se puede llevar a cabo porque ‘el sexo es disfrute y cuidarse es un bajón’. Queremos tomar conciencia de que se pueden hacer las dos cosas al mismo tiempo”.

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Foto: Unsplash

Tijeretear sin riesgos

¿Qué métodos de protección existen hoy para el tijereteo o tribadismo (el roce clítoris con clítoris) o el sexo oral vaginal? Específicos, ninguno.

El Ministerio de Salud de Argentina recomienda usar campo de látex, que se hace cortando a lo largo un preservativo peneano. En otros países también se usa el dental dam, la barrera de látex con la que los dentistas aíslan la boca.

El principal problema con esos métodos es que son incómodos. Desde PPV recomiendan el uso de campo de látex porque “es lo que hay” pero plantean que un preservativo para vulvas debería ser, en primer lugar, adherente, para que no se pierda durante el sexo, como suele suceder con el campo.

“Es una discusión que parece simple pero es compleja, porque tiene que contemplar no sólo la diversidad de prácticas sino también la diversidad de identidades”, nos explica Ju.

Por ahora, imaginan una bombacha o un boxer de látex, “para que lo puedan usar tanto las personas que se sienten cómodas y erotizadas usando una cosa u otra. No queremos algo que nos encuentre incómodes a la hora de coger”.

Es revolucionario que quienes imaginen el mejor preservativo para sus cuerpos sean quienes van a usarlo. Por eso en sus redes y en cada encuentro en el que participan, desde el Proyecto abren la conversación para que la comunidad se sume a este proceso de imaginación colectiva.

“También convocamos a docentes, famaceutiques, diseñadores, ginecologues y mediques que se quieran acercar para ayudarnos a pensar desde su mirada profesional cómo podía ser este preservativo”.

Forros para todes

Desde 2008, el Estado argentino entrega preservativos y geles lubricantes gratis en más de 3 mil puntos fijos distribuidos por todo el país, en hospitales, centros de jubilados, organizaciones gremiales, etc. Es parte de una política pública para prevenir la transmisión de VIH y otras infecciones, pero sólo incluye preservativos peneanos. Lo que en Argentina todos llaman “forros”.

Por eso, este proyecto tiene tres objetivos más (además de concretar el diseño un preservativo para vulvas):

-Reclamar la distribución gratuita de campos de látex y preservativos vaginales (que sirven sólo para penetración)

-Pedir la aplicación de un protocolo ginecológico que respete todas las identidades y sexualidades

-Exigir que se incluya información sobre el cuidado en el sexo entre personas con vulva en los contenidos de educación sexual integral que se dan en las escuelas.

Es que uno de los principales problemas es que la mayoría de los ginecólogos y ginecólogas no saben demasiado sobre las prácticas e identidades que se escapan de la heteronorma.

“Ningune de les que estamos en el proyecto pudimos encontrar une ginecologue que nos haya dado una respuesta a nuestras preguntas y eso es totalmente violento”, cuenta Ju, que lo vivió en carne propia. “Todes nos hemos encontrado con la desinformación y el no interés, incluso el maltrato: nos han dicho vos tendrías que saber, si elegiste esta sexualidad... eso es un bajón y puede hacer que no te den ganas de coger”.

Lo que no se nombra no existe y lo que Proyecto Preservativo para Vulvas está diciendo es “hey, existimos, nuestras prácticas existen, nuestras identidades existen y tenemos derecho al sexo y al placer".

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