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Lit
Recuperamos este poema de Evelyna Esquivel sobre el dictador que se cebó contra las mujeres peruanas
28 Diciembre 2017 14:51
“El hombre que convirtió a cientos de miles de campesinas pobres en víctimas de esterilizaciones forzadas está libre” Así comienza la durísima crónica que la escritora Gabriela Wiener publicó en el eldiario tras conocerse la noticia de que el dictador Alberto Fujimori había sido indultado por el actual presidente de Perú. “Está en la calle quien dio la orden de despojar a tantas de su derecho fundamental, tratándolas como si fueran cifras en una estadística, dejando atrás heridas abiertas, tierras baldías, territorios yermos. El que mandó a torturar a su esposa. El que dejó sin justicia a miles de víctimas de violación. El que hizo secuestrar y maltratar a sus propias agentes de inteligencia. El cabecilla de una banda que mandaba sobres bombas a mujeres periodistas y dejaba dinamita en la puerta de las casas de activistas feministas. El que desconoció el dolor de las madres que buscaban a sus hijos muertos”.
Gabriela Wiener hace referencia en este texto a uno de los actos más bárbaros llevados a cabo por quien en 2009 fuera condenado a 25 años de cárcel: la esterilización forzada de más de 300.000 mujeres entre los años 1995 y 2000 en las áreas rurales de Perú. Pero también a todas las medidas represivas contra las mujeres que su gobierno favoreció durante años y que hoy quedarán impunes gracias a este supuesto “indulto humanitario” concedido por Pedro Pablo Kuczynski tras la petición del exmandatario. La respuesta favorable del presidente peruano ha provocado que decenas de miles de ciudadanos estén saliendo a las calles desde la semana pasada para manifestarse. Para gritar contra quienes reabren heridas que aún no habían cicatrizado y contra quienes perdonan a un Fujimori criminal, corrupto y misógino bajo el pretexto de que este sufre una enfermedad “progresiva e incurable”.
En plena ola de manifestaciones, son varios los colectivos feministas del país los que más acciones están llevando a cabo por ser sus crímenes contra las mujeres los más silenciados y ninguneados en los últimos años. Es tanto el desconocimiento que se tiene sobre las esterilizaciones forzadas de Fujimori que durante mucho tiempo mencionarlas ha sido un tabú incluso dentro de las familias que lo sufrieron y sólo algunas periodistas y activistas se atrevieron a investigar caso por caso.
A principios de 2017 Silvia Laboreo publicó en PlayGround una conversación con Alejandra Ballón, una de las mayores investigadoras en este terreno, para quien el programa de esterilización tuvo una función clara y terrible: “en vez de reducir la pobreza, [Fujimori] eliminaría la cantidad de pobres”.
A mediados de este mismo año, Oxfam Intermón concedía una beca a la joven periodista Natalia Sánchez, quien se propuso investigar las esterilizaciones desde una óptica más íntima y centrándose en las conversaciones con las víctimas. Cuando la beca le fue concedida por la institución, Sánchez declaró que “a pesar de las denuncias y de la lucha constante de los colectivos de víctimas, el Estado no ha reconocido la culpa ni ha incorporado a estas mujeres en un plan de reparaciones”.
El indulto del dictador, por lo tanto, supone un nuevo paso hacia atrás en esta lucha por recuperar la memoria y la dignidad de las mujeres afectadas. Un nuevo golpe a quienes aún sufren y a quienes aún tienen miedo de hablar. Porque, sabiendo que el criminal está fuera y que cuenta con poderosos apoyos tanto en el gobierno como en la sociedad, ¿quién va a desprenderse de ese terror? ¿Quién va a querer hablar?
Por suerte, los gritos no cesan. Los colectivos no callan. Las mujeres resisten.
Desde medios como La Mula o Malquerida son muchas las periodistas que opinan con el rostro al descubierto y la voz caliente, y desde colectivos como Comando Plath son otras tantas las que quieren batallar desde la literatura para que los reclamos de quienes aún no pueden hablar no caigan en el olvido.
En este clima de incertidumbre e inestabilidad, y en modo de protesta, desde aquí hemos querido recuperar un poema que la joven Evelyna Esquivel publicaba en La Mula en 2016. Un texto que según la periodista Amanda Meza es ya un clásico entre los cánticos de las manifestaciones feministas del país, después de que se popularizara al publicarlo en su muro de Facebook. Ojalá los reclamos de estos versos, hoy más que nunca, se volvieran verdad:
Les ligaron las ideas
Les ligaron las trompas
Ahora van a ver
como sus tumbas se alborotan
Eran una meta
No más que un objetivo
De ese gobierno
Del maldito chino
Les dijeron media hora
que sería indolora
Ahora no caminan
Y en el campo se desploman
Su marido no la quiere
viene y le patea
Le da donde el Estado
Cree que también gobierna
Al ritmo de su huayno
Ahora van andando
sostiene sus ovarios
con la fuerza de los apus
Su cultura es exótica
para tu turismo
su pobreza es capital
para tu egocentrismo
Su muerte inminente
no es más que una limpieza
para tu maldita élite
No halagues su lengua indígena
si antes no interpretas
sus labios gritan “¡dolor!”
desde su vagina
Quieren,
antes de fundirse en la tierra
ver a los culpables
todos tras la reja
Ahora aquí estamos
y vamos arengando
porque no olvidamos:
que somos las nietas de las campesinas
que no pudiste esterilizar
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