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Los hijos de Tolkien recibieron cartas de Santa Claus durante 23 años... que escribía su padre

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¿Te imaginas recibir una carta de Santa Claus cada Navidad?

21 Diciembre 2017 14:54

Cuando era un crío, cada Navidad aparecía mi tío vestido de Santa Claus para entregar los regalos a los más pequeños de la familia. Aunque el traje le iba holgado, la barba se le caía y su voz era reconocible hasta por los vecinos, no recuerdo momentos de mi infancia más mágicos que aquellos. Son muchas las familias que utilizan a tíos, hermanos o padres para ejercer como Papá Noel en un día tan señalado, pero en la de JRR Tolkien el cuento era un poco distinto.

En 1920, cuando el escritor de El Señor de los Anillos tenía 28 años y su hijo John tres, este le preguntó a su padre quién era Santa Claus y dónde vivía. Lejos de darle una explicación sencilla, Tolkien decidió escribir una carta firmada por el mismísimo Papá Noel, donde le contaba con todo lujo de detalles cómo era su vida en el Polo Norte.

Los cuentos ilustrados pronto se convirtieron en tradición. Y así, durante 23 años, Tolkien fue enviando a sus cuatro hijos cartas del puño y letra de Santa Claus. En 1943, cuando su última hija, Priscilla, ya tenía 14 años, dejó la tradición de lado, pero la magia se ha mantenido intacta en cada uno de sus envíos.

Observando la obra, no hay duda de quién es el escritor que la ha confeccionado. Por ejemplo, Santa Claus aparece acompañado de su fiel ayudante: el Oso Polar del Norte. Su torpeza y sus bromas provocan que Papá Noel lo tenga crudo para repartir los regalos cada año. Sin embargo, siempre consigue salirse con la suya y llegar al hogar de los Tolkien.

También hay hueco para duendes que trabajan sin descanso, para otros animales del Polo Norte y hasta para elfos similares a los de El Hobbit.

Para que los niños no se dieran cuenta del engaño, Tolkien convencía al repartidor de que repartiera las cartas junto al correo común, de manera que alguno de los críos podía recogerlas y sorprenderse con su particular regalo de fin de año.

Ahora, las cartas forman parte de la Biblioteca Bodleian de Oxford, donde el próximo año se llevará a cabo una gran exposición donde cualquiera podrá verlas en directo.

“Las cartas de Santa Claus son uno de mis artículos favoritos de la exposición. A medida que los niños de Tolkien crecían, las cartas se alargaban y las historias se volvían más oscuras y emocionantes”, comenta Catherine McIlwaine, regente de la exposición.

Sin duda, son una forma más de conocer a uno de los mejores escritores del pasado siglo y de admirarlo como el padrazo que demostró ser.

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