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Artículo Roth sobre el acoso sexual: “ninguna de esas conductas extremas me sorprende” Lit

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Roth sobre el acoso sexual: “ninguna de esas conductas extremas me sorprende”

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The New York Times entrevista a Philip Roth. Lo que piensa sobre el acoso sexual y el #MeToo nos parece importante, así que lo compartimos

Luna Miguel

16 Enero 2018 19:16

Virginie Despentes dijo de Philip Roth que como novelista era un machista, o mejor: “un auténtico macho”. Sorprende, por lo tanto, que su literatura misógina haya sido tantas veces defendida por lectoras, por compañeras de profesión que a pesar de todo encuentran en su manera de retratar la masculinidad un relato honesto y sincero. Una crítica voraz a lo que a veces significa ser hombre.

Roth, que está a punto de cumplir 85 años y que hace ya muchos meses anunció su “retirada literaria”, acaba de conceder una entrevista a Charles McGrath, de The New York Times, en la que entre otras cosas interesantes y polémicas sobre literatura reciente y política nacional, aborda el tema del acoso sexual y del movimiento #MeToo.

Hacia el final de la charla, McGrath alude al imaginario sexual del escritor y a sus representaciones del deseo masculino en su obra, para preguntarle por la ola de debates públicos alrededor del acoso y el abuso. Su respuesta, como siempre, ha sido cruda y sincera. Creemos que además puede aportar matices a los debates recientes. Así que aquí la compartimos en castellano.

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«A mí, como has indicado, no me son ajenas como novelista las furias eróticas. La tentación sexual que envuelve a los hombres es uno de los temas sobre la vida masculina que he tratado en mis libros. Hombres que responden a la insistente llamada del placer sexual, acosados por deseos vergonzosos y la imprudencia de esas ansias obsesivas, engañados incluso por la atracción del tabú; a lo largo de décadas, he imaginado una pequeña camarilla de hombres inquietos, poseídos por esas fuerzas inflamables con las que han de negociar y lidiar. He querido ser intransigente al describir a estos hombres, mostrando a cada uno tal y como es. Cómo se comporta, excitado, estimulado, hambriento bajo el control del fervor carnal y frente a la variedad de dilemas psicológicos y éticos que presentan las exigencias de sus deseos. No he renunciado a retratar los hechos más fuertes en estas ficciones sobre por qué, cómo y cuándo los hombres hacen lo que hacen. Incluso cuando estos no han estado en armonía con el retrato que una hipotética campaña de marketing de lo masculino, si existiera tal cosa, podría preferir. He caminado no solo dentro de la cabeza del hombre, sino en la realidad de aquellos impulsos cuya presión obstinada por su persistencia puede amenazar la propia racionalidad, a veces tan intensos que incluso pueden experimentarse como una forma de locura. En consecuencia, ninguno de los comportamientos más extremos sobre los que he estado leyendo últimamente en la prensa me ha sorprendido.»

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