PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo 5 libros que debes leer si te mola ‘The End of the F***ing World’ Lit

Lit

5 libros que debes leer si te mola ‘The End of the F***ing World’

H

 

Los finales felices no existen si no nos los inventamos

Luna Miguel

16 Enero 2018 12:51

Dientes blancos, piel desnuda y, la mayoría de las veces, rasgada por las ramas de los árboles con las que chocan al huir por el bosque. Ropa grande, también, poco dinero, también, y más sangre, y más hambre, y más música depresiva y un montón de palabrotas: eso es ‘The End of the F***ing World’. Eso es la fabulosa adaptación de la novela gráfica de Charles S. Forsman en Netflix. Eso es el sentimiento que desprende, el sonido que impregna, el olor que delata.

Netflix

Dos adolescentes de dientes blancos y piel desnuda huyen de sus respectivos hogares sabiéndose vírgenes y asesinos. Él quiere matarla a ella, ella quiere follárselo a él, pero todo ocurre al revés y al final nadie sabe quién es la víctima o quién el verdugo. El único anhelo de ambos: ser libres. El único requisito para serlo: delinquir. El único delito: protegerse el uno al otro y el uno del otro durante cada uno de los breves pero impactantes capítulos que componen esta historia. Precisamente porque son breves y se agotan rápido como una cerilla. Precisamente porque a pesar de ello el olor y el sonido de 'The End of the F***ing World' se te quedan empapados para siempre, hemos seleccionado una lista de 5 lecturas que amarás si lo que quieres es seguir en ese bucle autodestructivo y adolescente que tanto emociona y duele.

1. Ghost World, de Daniel Clowes (La Cúpula)

Por la música y por lo radical de sus protagonistas. En este cómic mítico Enid Coleslaw es tan capaz de soltar un millón de insultos por minito como Alyssa en la nueva serie de Netflix. Ambas son adolescentes al borde de la mayoría de edad que no se sienten cómodas ni con su familia disfuncional ni con su aspecto. Son chicas que odian ser chica, pero no poque no les guste serlo, sino porque les da un miedo terrible el poder que una responsabilidad como esa conlleva.

Ghost World

2. Cómo se hace una chica, de Caitlin Moran (Anagrama)

Más chicas rebeldes que no saben cómo ser chicas. En este caso lo que Caitlin Moran quiere hacer es redefinirlo. Y para redefinirlo sólo lo puede hacer ella sola, consigo misma, con ese punk atronador y con esa obsesión por convertise en otra persona y con esa fortaleza ante los que quieren aprovecharse de su inocencia y con esa imagen de un Reino Unido sobrio y sexista que su personaje principal combate al modo de James y Alyssa... aunque sin cuchillos ni escopetas.

Fragmento de la portada de Anagrama

3. Una temporada en el infierno, de Arthur Rimbaud (Alianza)

Si hubiésemos podido conocer un poco más la intimidad de James quizá hubiéramos descubierto que en sus ratos libres matando animales y leyendo manuales de supervivencia, lo que en realidad estaba haciendo su cerebro era escribir versos hondos, críticos, humanos y poderosos como los que otro adolescente hondo, crítico, humano y poderoso dejó escrito en 1873 en su largo y más célebre texto Una temporada en el infierno.

Un verso de Rimbaud

4. Las flores del mal, de Shuzo Oshimi (Norma)

Los instintos desructivos de James llegan al extremo en este manga magnífico de Shuzo Oshimi cuya serie de once tomos acabó el año pasado. En este extraño homenaje a Charles Baudelaire los protagonistas son tres adolescentes que también quieren escaparse del pueblo de mierda en el que viven. Lo que ocurre es que entre ellos existe una magia. Una violencia sexual que lo invade todo. Un miedo a la monotonía que les invita casi al suicidio. ¿Cómo ser normal cuando sabes que nunca podrás serlo? ¿Cómo amar a alguien cuando sabes que te hará daño? ¿Cómo vivir con uno mismo si ni siquiera tú te soportas?

Los protagonistas de Las flores del mal

5. Deseo de ser punk, de Belén Gopegui (Anagrama)

“Es un buen chico”, dice el padre de James. “Es una buena chica”, dice la policía que busca a Alyssa. En realidad, para ser rebelde, para ser punk, para querer mandarlo todo a la mierda y pisotearlo con botas de cuero o incluso para querer huir de esta vida que odiamos no hace falta ser malos. Eso es algo que demuestra Martina, la protagonista de una novela de Belén Gopegui en la que la música, la adolescencia y la política van de la mano. Como en ‘The end of the F***ing World’, un libro en el que los finales felices no existen si no los inventamos.

Fragmento de la portada de Deseo de ser punk

share