La historia que Manuel Bartual ha creado en Twitter sobre sus vacaciones es mejor que cualquier novela de misterio y tiene decenas de miles de seguiores
Ni Fernando Aramburu, ni Dolores Redondo, ni Isabel Allende.
El escritor del momento (¡del verano!) se llama Manuel Bartual, es dibujante y está contando sus vacaciones en Twitter.
En 4 días ha conseguido una legión de seguidores que, expresada en RT’s y Me gustas, asciende a más de 50k usuarios. A 80k seguidores.
De locos.
La historia empieza como una gran novela de misterio. Con una primera frase que te la firma Agatha Christie tranquilamente: “Ando de vacaciones desde hace un par de días, en un hotel cerca de la playa. Iba todo bien hasta que han comenzado a suceder cosas”.
A partir de ahí, las “cosas”: dopplegangers, mensajes ocultos, personajes inquitantes… empiezan a sucederse en nuestro Time Line.
Con estos ingredientes en la coctelera no son pocos quienes han empezado a mencionar a Netflix y a HBO para que hagan una serie de esto. Y no sería de extrañar que algún fulano estuviera aplicando sus conocimientos de santería para invocar a Hitchcock para que dirija este hilo en forma de película.
Lo que ha conseguido Bartual es maravilloso: crea una historia que resulta verosímil en un primer momento, la lleva a un punto casi fantástico o de película, la acompaña de fotos para dotarla de credibilidad y, antes de que te des cuenta, ya estás enganchado.
Tan enganchado, que incluso hay quien se piensa que está jugando al Cluedo y antes de revelar si el asesino es el mayordomo cojo o la encargada tartamuda explora nuevas posibilidades: “Existen ciertas mafias en zonas pequeñas que tratan de obtener objetos de una víctima con el fin de robar su identidad”.
Bartual juega con el medio -porque es el mensaje- e introduce pausas dramáticas de hasta diez horas que dejan a los seguidores con el corazón en el puño.
Como en Perdidos, la fantasía ya ha empezado a devorar al realismo y muchos usuarios se lo están echando en cara —¡Invent!—. Pero, como en Perdidos también, los consumidores estamos irremediablemente enganchados; metidos en el perfil de este maestro de los cliffhangers dándole a F5 compulsivamente.
Nadie sabe a dónde nos va a llevar la delirante historia de Bartual -se rumorea que pueda ser un acto publicitario-, pero el nivel de adicción que ha generado debería despertar los intereses de directivos de algunas de las grandes productoras.