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La voz y el martillo

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7 escritores orgullosos de ser comunistas

Xaime Martínez

29 Marzo 2017 15:37

El pasado viernes, el poeta Raúl Zurita tenía una cita con la Sociedad de Escritores de Chile.

La razón es que esta le había preparado un homenaje al autor de libros como INRI o Tu vida rompiéndose para celebrar su trayectoria.

Sin embargo, antes de acudir a la sede de la Sociedad Zurita quiso hacer algo más, tal y como ha relatado La Tercera: firmar el carnet de militante del Partido Comunista chileno.


Si bien Zurita había estado vinculado al PC desde fecha anterior al golpe de estado de Pinochet, el Premio Nacional chileno se había distanciado del partido en los años 90.

Ahora, según parece, el poeta ha querido demostrar su vinculación a un movimiento que en los últimos tiempos parece haber perdido fuelle entre los escritores —o que, al menos, ya no es capaz de captar de manera tan clara las simpatías de los intelectuales.

No obstante, la relación entre poesía y marxismo es larga y rica: ya sea por el carácter antisistema que se presupone a los poemas o por la atractiva estética del socialismo soviético, lo cierto es que poetas y comunistas llevan mucho tiempo durmiendo en la misma cama.

Para hablar de esta compleja relación, hemos preparado una lista de escritores (clásicos y actuales) que a lo largo de los últimos años han sacado a relucir con orgullo su hoz y su martillo:

1. Pablo Neruda


El comunista más clásico entre los clásicos.

Textos suyos muy conocidos, como "A mi partido" o la "Oda a Stalin" —en descargo del Nobel Chileno, hay que decir que este escribió el poema antes de que Jruschov comenzase a airear los sangrientos métodos del dictador— ya contienen buena parte de las contradicciones de su militancia.

Comunista y dandy, esteta y machirulo. Pablo Neruda y Pablo Neruda: como dice en "A mi partido", el PC le hizo ver "la claridad del mundo y la posibilidad de la alegría" y lo convirtió en "indestructible porque contigo no termino en mí mismo".

2. Natalia Ginzburg


La escritora italiana Natalia Ginzburg, autora de novelas cortas como El camino que va a la ciudad, Familia y Burguesía vivió de primera mano las consecuencias del fascismo: siendo ella misma de origen judío, su marido fue torturado hasta la muerte por las fuerzas de Mussolini en 1944.

Tanto su familia como ella estuvieron siempre muy vinculadas al comunismo: su padre cumplió pena de cárcel por sus ideas, y ella misma —que se relacionó con muchas de las figuras del antifascismo italiano, como Pier Paolo Pasolini, para quien actuó en su película El evangelio según San Mateo— llegó a ser diputada del Partido Comunista en 1983.

3. Dashiell Hammett


Entre las muchas figuras clásicas que podrían señalarse como pertenecientes a movimientos comunistas (Rafael Alberti o Dalton Trumbo) quizá una de las más curiosas sea la de Dashiell Hammett, uno de los grandes escritores de novela negra.

Hace unos años la editorial Errata Naturae publicó Interrogatorios: Dashiell Hammett, un libro en el que se reúnen diversos documentos relativos a las actividades "anti-americanas" del autor de El halcón maltés. 

En este libro, verdaderamente estremecedor, pueden leerse las transcripciones de los dos interrogatorios a que el régimen maccarthysta sometió al escritor en los años 50, así como la del juicio en el que fue condenado a 6 meses de cárcel, el cuento antirracista (llamado "Una sombra en la noche") que le supuso a Hammett la ruina económica, la marginación de Hollywood y el retiro de todos sus libros de las bibliotecas del departamento del Estado.

4. Gioconda Belli


La poeta nicaragüense Gioconda Belli, autora de libros emblemáticos como Sobre la grama —que renovaron la poesía en lengua castellana al introducir temas como la sexualidad desde el punto de vista de la mujer— estuvo muy vinculada también a la revolución sandinista.

Tras derrocar al dictador Somoza en 1979, Belli asumió cargos de responsabilidad en el Frente Sandinista de Revolución Nacional: en 1984 representantó a su movimiento ante el Consejo Nacional de Partidos Políticos y también viajó por Europa y América Latina tratando de obtener recursos para el partido.

En una entrevista para el País, una periodista le preguntó a Belli cuál había sido el momento más feliz de su vida, esta fue la respuesta:

"El 20 de Julio de 1979, cuando tuve plena conciencia de que la Revolución había triunfado en Nicaragua y que el dictador Somoza había huido del país. El 19 de julio todavía me costaba creerlo. Recuerdo que me paré en un mirador que había cerca del búnker de Somoza, miré el paisaje y sentí que mi país había vuelto a ser mío".

5. José Luis Piquero


Cualquier conocedor de la obra del poeta José Luis Piquero sabe a quién vota.

No porque sus versos hagan constantes declaraciones electorales, sino porque su compromiso político zarandea al poeta de aquí para allá, como se ocupa de contar en su blog: "Comunista de carnet, IU de carnet, llamazarista a muerte de toda la vida. Y ahora apoyo a Unidos Podemos".

Autor de libros de poemas descarnados y brutales, como Autopsia, a Piquero no se le caen los anillos por contar que le ha tocado, otra vez, ir como interventor por IU al centro electoral más cercano.

6. Marcos Ana


Hace unos meses, la izquierda española se veía sacudida por la noticia de la muerte del poeta Marcos Ana.

Ana, el preso político que más tiempo pasó en una cárcel española (23 años) y condenado a dos penas de muerte, comenzó a escribir precisamente en prisión, para combatir la muerte.

En esas dos décadas (no tan) perdidas de su vida, Marcos Ana creó periódicos clandestinos, organizó tertulias sobre libros prohibidos, enseñó a sus compañeros de encarcelamiento y sobre todo, escribió muchos poemas.

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