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Un puño sujetando margaritas

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Antología de jóvenes escritoras transfemeninas en español: Violeta Serrano, Lucie de Palau, Alana Portero, Elizabeth Duval, Duna Torres y @Gea___

Luna Miguel

07 Marzo 2018 06:00

En un verso de su poema ‘Felicidades, ha sido trauma’, la joven poeta madrileña Violeta Serrano incluye el siguiente verso: “¿Cómo hago para que me hablen de mi ausencia?”.

Me resulta curioso encontrar tal pregunta. Porque me la creo. Porque siento que me apela. De hecho, nos apela a todas. Serrano quiere que hablemos de su ausencia, quizá por eso que se suele decir de que las ausencias son las más grandes y más terribles y más atronadoras de las presencias. Diré, entonces, que lo que sigue a continuación es un catálogo de seis atronadoras ausencias. Seis jóvenes mujeres transfemeninas, de distintos puntos de nuestro país y con visiones de la poesía también distintas, cuyo trabajo está en algunos casos consolidado y en otros comienza a despuntar.

Desde Alana Portero, autora de La habitación de las ahogadas, uno de los poemarios que en 2017 sacudiría el panorama poético hasta la jovencísima Elizabeth Duval, nacida en el año 2000 pero habiendo tenido desde entonces el tiempo suficiente para convertirse en una activista reconocida, en una escritora prometedora y en la cara visible de una generación de artistas trans como lo son también las aquí presentes Duna Torres, Lucie de Palau y @Gea___.

Podría decir que lo que les une es una poesía bruta y viva que pone casi por primera vez sobre la mesa y en nuestro panorama poético las temáticas del cuerpo de la mujer transgénero. Sin embargo, lo que verdaderamente une a estas autoras es su activismo, o lo que es lo mismo, sus ganas de hacer más atronadoras las ausencias que hasta hoy representaron, convirtiéndolas, por fin, en las más bellas de las presencias.

“¿Cómo hago para que me hablen de mi ausencia?”. Esa es la gran pregunta que nos hacemos todas. Esa es la gran pregunta que debería resolver el mundo tras nuestro 8M. Y en la espera de su respuesta, estaremos escribiendo, estaremos leyendo, estaremos cantando, estaremos juntas.

(Gracias infinitas a Violeta Serrano por la búsqueda incesante de autoras y nuevas voces y la ayuda para crear este spacio).

FELICIDADES, HA SIDO TRAUMA, un poema de Violeta Serrano

Me miro la mano y veo la sangre.


La veo manar desde mi vientre piñata,


no importa cuántas veces lo golpee


nunca saldrá una niña.


Froto mis dedos con curiosidad


nunca vi una realidad que me hablara de mí


y mi dolor,


ahora que éste se ha callado.


¿Cómo hago para que me hablen de mi ausencia?

Y hurgar dentro buscando el botón de reinicio

escuchando la melodía del silencio


a media voz entre un dolor que ciega


y unos gemidos que ya no suenan a nada.


Me doy cuenta de que no importa cuánto sangre,

que no importa mi sangre


ni la apertura desde la que bombea,


que este cuerpo va a morir y a desaparecer,


sin dejar un legado.


Edificio vacío,


todos los vanos condenados.


Quiero meter mi mano ensangrentada dentro de mí

por un butrón que me haga en el ombligo


y buscar tranquila o desesperada,


buscar ahí dentro, a tientas,


un alma.


Tan sólo un alma.

XXVII, un poema de Alana Portero

“De nuevo soy yo misma. Ya no hay cabos sueltos. Estoy blanca como la cera. Ya nada me ata. Vuelvo a ser plana y virginal, como si nada hubiese ocurrido”

Sylvia Plath

Recuerdo la hora torcida de mi vida

en la que planteé las preguntas exactas,

hora en la que empezó a pudrirse mi carne

y a llenarse de orgullo el sonriente impostor

que sirve las mesas

y llena los cuencos de trigo los días de fiesta.

He olvidado el tacto de las mejillas de Artemisa,

he olvidado la forma concreta del cuello florido de Atis,

he olvidado que tuve la piel blanca.

En mi diario sólo queda un insistente

olor a madera y a óxido,

también a leche agria y a hoja de tabaco,

también a sangre infantil,

también a baba.

Aquella hora torcida

en la que abandonar a mi gemela de oro en el sótano

parecía una salida definitiva.

La misma hora

en que los grillos renunciaron a mis noches

y empezaron a cantarme al oído las urracas.

He olvidado, también,

los bordes de mis clavículas frente al espejo,

en aquella hora torcida

bajo la indolente luz de las bombillas

toda yo me transformé en espalda.

He bailado un paso a dos con la bestia;

lo que llamo identidad es una figura

armada con los restos podridos del banquete,

un espantajo de carne, hueso y agua,

mucha agua,

que se mueve con gracia de espantapájaros y anda.

En la hora torcida de mi vida

comencé a escribir este poema,

con el penúltimo aliento de una superviviente

a la que conozco desde que nací,

sirva como último arañazo sobre la carne

colgante del destino,

como asidero para alcanzar la superficie

y gritar al miserable dios del tiempo:

hijo de perra, sigo aquí.

PARA NUESTRA HIJA PERDIDA EL DÍA QUE CORONÓ CIENTOVEINTE, un poema de Lucie de Palau

Se despidió como sólo se huye la primera vez,

como sólo se ve cuando se mide menos de un metro.

Se perdió en el fondo de aquel baúl con falso suelo,

como tantas otras niñas que aún siguen correteando

en sus oscuros laberintos.

Como miles de corazones delatores

que palpitan bajo el parquet.

No quiso crecernos,

y a su altura

aún guardo lo poco que me dejó atrás.

Y vivir un poco más lejos del roce de su despedida y mi desprendida actitud de alivio tras los años,

y tú,

tienes un poco más cerca

la certeza del aroma de los cerezos en flor

que te acompañan siempre.

Y escucharte cantar

con el ukelele a la luz de la tumba de las luciérnagas.

Después de irte sin volver la mirada a tiempo

para ver cómo yo aún te buscaba,

después incluso de darme tiempo a desacostumbrarme de ti,

demostraste estar siempre ahí

a pesar de mí e incluso contigo.

COSÍ AQUEL ROTO, un poema de @Gea___

Cosí aquel roto

Cosí el botón

Intenté coser un poco el mundo

Pero lo que no encontré

Fue el hilo para coserme a mí

XVII, un poema de Duna Torres Martín

“You're on third the score is tied Signal's made the pitcher winds As I square catcher sees You're coming home to me”

Alyssa Kai, drag bunt suicide squeeze

Asher recuerda ese momento cuando no se sintió sole

lo teclea miles de veces, cuando una confesión llegó desde Finlandia

a una fogosa deshazón, como volando alas,

cuando nos damos cuenta de que hemos sido "cuir" desde pequeñas

con todes nuestres amiguites

guardando cajas de pandora en nuestros bolsillos,

sabiendo que estos cuerpos estaban marcados

con hierro ardiendo,

y odiándolos

así nos sentíamos siempre

y compartíamos canciones

sobre el miedo a la depérdida y al abandono.

Esto es la amistad, pero Asher no siempre sabe llorar,

no siempre sabe confesar secretos,

no siempre sabe pasar una noche en vela, esperando que la otra persona se durmiera

para estar a solas con las otras partes,

Mariposa mirando hacia fuera,

y Centinela insistiendo, "nadie es como tú",

la soledad aislante de un armario gigante

de miedos y fuerzas gravitatorias

que me dieron mis amiguites

aquelles que duraron

y aquelles que se fueron.

Esto es la amistad para Centinela, recordar que siempre puedo confesar secretos

para que luego duelan mucho

al ser lanzados a mi cara,

pero aun así, querer, querer como Hada, querer desairada, querer mucho, querer con el espejo en la mano

Compartíamos tantas cosas pero no lo sabíamos,

nos acurrucábamos con el frío de saber

que los patriarcas nos vigilaban para que fuéramos lo que ellos quisieran por miedo

para que nos hiciéramos daño

a nosotras y a las demás

y no supiéramos qué significa la amistad

pero cuando me escribiste desde Finlandia, marcade por el fuego y el hielo,

supe que había algo esencial que compartíamos

algo que los 78 hombres que sólo saben odiar no podían ni entender

las ganas de arropar el mundo

y quemar todo lo que nos haga daño

y el trauma

de ser nosotras mismas

quienes nos hacemos daño

bajo un manto de arena

hundiéndonos

Centinela quiere saber si tiene razón,

si estamos solas o si vais a cuidar de nosotras

y toma el control otra vez,

para decir: esto es raro y violento

o

lo pierde del todo,

para murmurar:

“te quiero más que a mí misma”.

CANCIÓN AL EGO, un poema de Elizabeth Duval

Me daba tanto miedo

y me diste tanto miedo

que aún no sé si puedo

asumir tu existencia,

ni hoy,

ni hoy la afronto,

y tiemblo si escucho tu voz,

y palpita el corazón si susurras,

y salto si me tocas el hombro.

Si dibujas nubes en mi cuello,

me reduces y me encuentras,

me sientes y me palpas,

me odias y me amas,

y no es más de lo que hago,

pues es justo lo que hago,

y a la vez injusto,

¡es tan injusto!

Intenté cantar,

pronunciar tu nombre,

entonar las sílabas prohibidas

que escondí en un cajón

con cuya llave cerré mi alma,

pero no podía

y no salían,

y me ahogaba

y me perdía,

y en la noche

no encontraba cobijo,

ni resguardo,

ni voces más allá de mi soliloquio,

ni frío ni calor.

Y no hizo falta,

pues tú sola pronunciaste aquello

que tanto temor me daba,

y volcaste mi corazón

para derramar su sangre y contar historias,

inscritas en mi piel de arena,

vistas por mis ojos que ya no ven,

solo sienten.

Y me cogiste de la mano,

y al besarme comprendí

que no había de tenerte miedo,

que nunca tuve por qué habértelo tenido,

y que cuando me abandonases

sería el momento,

tendrías razones de peso

y no quedarían poemas por escribir.

Dijiste mi nombre.

¿Quiénes son las autoras?

Violeta Serrano (Madrid, 1992) es poeta y batería y se ha dedicado desde la adolescencia a desarrollar estas dos facetas. En el ámbito poético le habría gustado vivir la época del Bukowski, pero compensó con el Diablos Azules, donde conoció a muches de quienes son hoy inspiración, admiración y en algunos casos amistad para ella. Participó como poeta invitada en La Habitación de las Mujeres de Nares Montero compartiendo los poemas de 12 autoras transfemeninas norteamericanas que seleccionó y tradujo. Actualmente no ha publicado nada aunque está buscando una editorial con quien poder trabajar. Se puede leer parte de su trabajo en su blog y seguir su actividad en Twitter a través de @Futuro_Reciente.

Alana Portero (Madrid, 1978) Autora de los poemarios La próxima tormenta (2014), Irredento (2011), Fantasmas (2010) y de la obra de teatro Música silenciosa (2007). Colabora en las antologías Alcasseriana (2016) y Mundo subterráneo (2015) y escribe el epílogo de La revuelta del pueblo cucaracha (2013), novela autobiográfica del activista chicano Oscar. Z. Acosta. Dirige la compañía de teatro STRIGA, donde también actúa y realiza labores de dramaturga.

Lucie de Palau (Barcelona, 1992) es una artista, ensayista y poeta que en su trabajo explora las metáforas espaciales como una forma de entender la experiencia de la identidad de género, la relación del cuerpo con esta materialidad/espacialidad a través de una visión transfemenina. Ha expuesto su obra en diferentes ciudades entre las cuales destacan; Barcelona, Madrid, Londres, Venecia y Tokyo. Está actualmente estudiando un Máster de Pintura en la Royal College of Arts en Londres. Escribe ensayos y poemas como una forma de complementar su obra y aportarle contexto desde su experiencia.

@Gea___ (Sevilla, 1993), ha estudiado farmacia y escribe poesía de forma casual para hablar de los problemas de las mujeres trans. La parte más importante de su activismo es la sanitaria, peleando para que las mujeres trans tengan tratamientos de calidad.

Duna Torres Martín (Madrid, 1994) es una poeta, música, collagera y activista que en sus poemarios, collages, fanzines y canciones narra sus vivencias con su salud mental y su proceso de descubrimiento de género. Hasta ahora, Desierto (2016, Reflector Libros) y el fanzine Zarzal con Irene Turmalina (2017, autoeditado) son las publicaciones de las que está más orgullosa. Está trabajando en la segunda entrega de Desierto, llamada Desierto II: … Y ahora viene la tormenta para su futura edición. En los siguientes links encontrarás su música, su poesía y su activismo.

Elizabeth Duval (Alcalá de Henares, 2000) es poeta y activista. Cursa los estudios de segundo de Bachillerato y su intención es estudiar Filosofía en París. Escribe poesía desgarrada e intensa sobre la herida del género en cada cuerpo, las imposibilidades, la resignación y la valentía de imaginar un mundo nuevo en medio de las ruinas. En la actualidad, su única publicación es un relato dentro de la antología "Cuadernos de Medusa" de Amor de Madre. En Twitter es @lysduval.

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