Si te confirman que te pinchan la línea de móvil y te recomiendan usar un teléfono fijo, ¿qué haces? El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lo tiene claro: seguir usando los teléfonos pinchados, aunque quién esté al otro lado sean potencias como Rusia y China.
El presidente ha sido avisado en repetidas ocasiones por los servicios de inteligencia de que sus teléfonos están intervenidos, una operación fácil para los gobiernos, pero él sigue usando sus iPhones. Han sido algunos miembros de la Casa Blanca los que han dado a conocer estas explicaciones, de forma anónima, por culpa de la mucha frustración que sienten acerca del uso despreocupado de la tecnología que hace Trump.
Las llamadas de Trump a sus amigos están siendo escuchadas con atención por los espías de ambos países, que las usan para conocer cómo piensa el presidente, que argumentos le convencen y a quién escucha. Según Estados Unidos, China habría confeccionado una lista de personas con las que Trump habla frecuentemente con la idea de usarlos para influenciar al presidente. Dos de ellos son Stephen A. Schwarzman, jefe ejecutivo del imperio inmobiliario Blackstone Group, y Steve Wynn, magnate y propietario de un casino de Las Vegas.
Tanto ellos como otros, entre los que se cuentan personas dedicadas a los negocios como académicos, habrían sido influenciados con ideas para que fueran prescriptores y las hicieran llegar a sus contactos de la Casa Blanca, una estrategia que China lleva aplicando mucho tiempo pero que ahora puede llevar a cabo con más precisión gracias a las escuchas que le dicen a quién debe influenciar exactamente.
¿Y de qué se quiere convencer a Trump? De que se siente a hablar con el presidente Xi Jinping con tanta frecuencia como sea posible.
En el caso de Rusia, parece que la estrategia no es tan sofisticada como la china. No hace falta: es conocida la simpatía que Trump siente por el presidente ruso, Vladimir Putin. Eso sí, los asesores no dejan de recordarle a Trump una y otra vez que por favor no diga información confidencial durante las llamadas, los espías están escuchando.
[Vía The New York Times]