La cabeza de Michael Fallon ha sido la primera en rodar tras la publicación de la lista que implica a al menos 36 tories en casos de acoso sexual
Hace casi un mes que los medios de comunicación se inundan de testimonios de mujeres que denuncian episodios de acoso y violencia sexual. Lo que comenzó con un artículo en The New York Times en el que se destapaban los abusos que durante años el productor hollywoodiense Harvey Weinstein había infringido a actrices y empleadas de la industria del cine, se ha acabado convirtiendo en un huracán de confesiones en todos los ámbitos de lo público.
Aunque este acoso no sea algo nuevo ni implique solamente a hombres poderosos que trabajan en política, cine, literatura o el mundo de la moda. Por primera vez, cientos de mujeres han copado las primeras páginas de la prensa para denunciar un tema tan cotidiano como el sentirse acosadas.
LEER MÁS: Miles de mujeres están denunciando experiencias de acoso sexual con el hashtag #MeToo
A la infame lista que inauguró el productor Harvey Weinstein a principio de octubre le siguieron otros nombres propios como Terry Richardson, Michel Brulé, Ethan Kath o James Toback. Luego los empleados del Parlamento Europeo y, ahora, el escándalo de abusos sexuales ha aterrizado en el Gabinete de Gobierno británico.
LEER MÁS: Las eurodiputadas revelan que los acosos en el Parlamento Europeo eran "un secreto a voces"
Hace unos días se conocía la existencia de un informe que señalaba a al menos 36 miembros del partido conservador implicados en varios casos de acoso sexual. Desde tocamientos, mensajes obscenos, de carácter sexual o comentarios inadecuados a compañeras y periodistas, la lista implicaba a nombres propios de la política británica como Mark Garnier, Stephen Crabb o Michael Fallon.
Pese a que algunos negaron categóricamente estas acusaciones, otros como el ministro de Defensa de Reino Unido, Michael Fallon, han presentado su dimisión.
Lo hacía ayer miércoles a través de una carta de renuncia a la primera ministra Theresa May. "En los últimos días han surgido varias denuncias sobre los diputados, incluso sobre mi conducta anterior. Muchos de estos han sido falsos, pero acepto que en el pasado no he estado a la altura de los altos estándares que se requieren en las fuerzas armadas que tengo el honor de representar. He reflexionado sobre mi posición y renuncio como Secretario de Defensa ", se podía leer en la misiva.
Fallon había pedido perdón a principio de esta semana por un incidente que tuvo lugar en 2002 cuando le tocó repetidas veces la rodilla a la periodista Julia Hartley-Brewer sin su consentimiento.
LEER MÁS: “Si tiene éxito y denuncia acoso sexual, lo perderá todo; si es joven, dirán que busca atención”
En declaraciones a la BBC tras su renuncia, el ahora ex ministro de Defensa explicó que “la cultura ha cambiado a lo largo de los años. Lo que podría haber sido aceptable hace 10 o 15 años es claramente inaceptable ahora”. "El Parlamento necesita mirarse a sí mismo y la primera ministra ha dejado muy claro que este tipo de conductas deben mejorarse”, añadió Fallon.
Varias diputadas y políticas británicas han corroborado que estos casos de abuso sexual no son una excepción. La diputada laborista, Diane Abbott, denunciaba que las "situaciones de acoso y microagresiones sexuales" llevan ocurriendo desde hace tiempo. Y la diputada Tulip Siddiq aseguró a la BBC que podrían conocerse “centenares de casos” similares. Esto va más allá de rumores, alarmismo o como quieran llamarlo. Ya no son rumores. Estoy escuchando de primera mano tanto a gente que dice que ha sufrido acoso sexual como a personas que se han visto en situaciones en las que un diputado lo ha intentado con ellas”, señaló Siddiq al medio británico.
Acepto que en el pasado no he estado a la altura de los altos estándares que se requieren en las fuerzas armadas que tengo el honor de representar.
Michael Fallon, ex secretario de Defensa británico
Y mientras, el debilitado Gobierno británico se enfrenta estos días a uno de sus golpes más bajos desde hace años. El mismo día de la dimisión de Fallon, la conservadora Theresa May anunciaba medidas para lidiar con la conducta sexual abusiva en política. May prometió que las quejas podrían remitirse a un organismo independiente y que estas se tratarían con total confidencialidad. De momento, la primera ministra británica tiene previsto designar hoy un sustituto para cubrir el puesto de Fallon.
Queda por ver si en los próximos días más miembros del Gabinete salpicados por el escándalo deciden asumir las consecuencias de sus actos.
