Evidencias científicas sugieren que la legalización del aborto no induce a prácticas sexuales más irresponsables sino que, por el contrario, genera muchas menos
El aborto ha disminuido en los últimos 25 años, y lo ha hecho sobre todo en los países en los que esta práctica es legal.
Según un estudio del Instituto Guttmacher, la mayor parte de los abortos que ocurren al año —50 de los 56 millones anuales— se producen en países en vías de desarrollo.
“Los abortos tienen lugar en todo el mundo, no importa si son o no legales”, apunta el informe. Sin embargo, agrega, esta práctica está más extendida en aquellos países con acceso limitado a métodos de control de natalidad.
Suiza, por ejemplo, tiene el índice de abortos más bajo de todo el mundo de apenas 5 por cada 1000 mujeres. Le siguen Estados Unidos y Reino Unido (13 por cada 1.000). En el otro extremo, según el informe, se encuentran Colombia y México con cifras que pueden sobrepasar los 30 abortos de media.
Pakistán es el país con un índice de aborto más alto con 50 abortos por cada 1000.
El informe destaca que también se está dando una progresiva regresión en materia de derechos en países como Estados Unidos o Rusia, en los que cada vez existe más limitaciones legales para abortar.
Estas evidencias científicas sugieren que la legalización del aborto no induce a prácticas sexuales más irresponsables sino que, por el contrario, genera las condiciones para una menor proporción de embarazos no deseados
La administración de Trump, por ejemplo, cada vez se muestra más partidaria de adoptar políticas conservadoras para regular el aborto. Recientemente el gobernador de Mississipi aprobó la prohibición de aborto después de las 15 semanas de gestación.
Otro estudio publicado por la revista The Lancet sugiere esto mismo: “Estas evidencias científicas sugieren que la legalización del aborto no induce a prácticas sexuales más irresponsables sino que, por el contrario, genera las condiciones para una menor proporción de embarazos no deseados”, describe.
Las evidencias demuestran que la legalización de estas prácticas ayuda a fortalecer y promover prácticas sexuales responsables y orienta a las personas que enfrentan un embarazo no deseado.
El informe también señala que la prohibición del aborto no elimina su práctica, sino que fuerza a las mujeres practicarlo en condiciones peligrosas para su vida, además de incrementar su coste.