Los críticos afirman que la resolución es un forma indirecta de reconocer la prostitución como una actividad laboral
La Organización de Trabajadoras Sexuales (OTRAS) podrá constituirse oficialmente como sindicato, después de que el ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social lo haya autorizado a través de la resolución que apareció publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 4 de agosto.
Se trata de una decisión polémica que sitúa en una posición difícil al Gobierno del PSOE sobre un punto caliente del debate feminista.
En primer lugar, porque según la actual legislación laboral sólo los trabajadores pueden formar un sindicato, de modo que indirectamente se estaría reconociendo el ejercicio de la prostitución como un trabajo. Algo especialmente problemático si tenemos en cuenta que la prostitución no es considerada una actividad lícita en España, aunque su libre ejercicio no está penado salvo en casos excepcionales. Desde la Dirección General de Trabajo han señalado que los estatutos de OTRA no incluyen "profesiones ilícitas", ya que no hay referencias explícitas a la prostitución, y que hay otras actividades legales relativas al trabajo sexual (como la pornografía).
En segundo lugar, porque la decisión parece contradecir las políticas de igualdad que había abanderado hasta ahora el PSOE. Como recuerdan desde Público, hace apenas tres meses que los socialistas impulsaron desde el Ayuntamiento de Madrid una propuesta de ordenanza municipal para combatir la prostitución basada en sanciones administrativas al consumidor, control de la publicidad y medidas preventivas dirigidas a la sensibilización contra la trata y la explotación sexual.
Además, Carmen Calvo, vicepresidente del gobierno y ministra de Igualdad, ha expresado en público posiciones abolicionistas.
Como reacción a la noticia, Susana Díaz, la presidenta de Andalucía, ha pedido públicamente al Gobierno central "que haga lo que tenga que hacer" para evitar la creación de un sindicato de trabajadoras sexuales: "no se puede permitir que algunos de manera encubierta intenten legalizar la prostitución, el tráfico de personas, la trata y la explotación de mujeres", ha dicho después de reunirse con los equipos técnicos del Instituto Andaluz de la Mujer.
Hasta ahora, uno de los únicos precedentes sobre la regulación sindical del trabajo sexual estaba en el caso de la Intersindical Alternativa de Catalunya, que el año pasado anunció la creación de la primera sección sindical de trabajadoras sexuales: perseguían como objetivo explícito el reconocimiento del trabajo sexual como actividad laboral.
Sin embargo, en el caso de OTRA, sus estatutos recogen de manera bastante más ambigua que la organización, con sede en Barcelona, "desarrollará sus actividades en el ámbito funcional de las actividades relacionadas con el trabajo sexual en todas sus vertientes". Pero sí señalan que persiguen "la plena constitución de los derechos laborales" de las trabajadoras, así como "la mejora de la actividad laboral en todos los ámbitos, la negociación colectiva y la asistencia, asesoramiento y defensa individual y colectiva de trabajadores y trabajadoras".