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El caos económico argentino, explicado en 5 claves

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¿Devaluación, déficit público, deuda? Analizamos por qué la economía argentina vuelve a estar en la encrucijada y qué alternativas habría

Rafa Martí

05 Septiembre 2018 16:14

El presidente de Argentina Mauricio Macri anunció esta semana al país nuevas medidas para frenar el descenso imparable del peso argentino. La moneda registró una nueva caída después de que se anunciara el acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional para financiar la deuda pública y cumplir con los objetivos de lo que queda de año. El acuerdo se negoció en mayo, se firmó en junio y ahora se ha pedido un adelanto. Son 50.000 millones de dólares para hacer frente al quilombo económico en el que, una vez más, está metida Argentina. El desaguisado es tal que la fiscalía ha imputado a Macri por negociar el acuerdo con el FMI sin consultarlo al Congreso.

Nada de esto es comprensible sin ahondar en las causas. Macri insistió en su discurso televisado que la culpa estaba en la herencia del gobierno anterior, el de Cristina Fernández de Kirchner y en la coyuntura internacional.

https://www.playgroundmag.net/now/macri-acorralado-argentina-vuelve-a-elegir-entre-el-fmi-y-la-paz-social_30532077.html

Sin embargo, ¿tiene razón Macri o está desviando la atención? Después de consultar con dos economistas y de documentarnos sobre la situación económica, estas son algunas de las claves para entender la nueva crisis en la que está sumida el país sudamericano:

Por qué cae la moneda

El peso argentino es una moneda sobre la que pesa el fantasma de la desconfianza. La gente en épocas convulsas se deshace de los pesos para invertir en dólares, más fiables. Lo mismo pasa con los depósitos y otros activos financieros como bonos, acciones o derivados. Como la economía argentina tiene la sospecha de la inestabilidad, quienes pueden tener depósitos en dólares, lo hacen, aumentando la salida de dinero del país. Así, el valor del peso no para de bajar y el del dólar sube, de tal forma que cada vez es más caro comprar dólares.

Por qué no se daba esta situación antes

En el Gobierno anterior a Macri existía el cepo cambiario. Esto es que que el dólar tenía un precio fijo por debajo del de mercado. Con el cepo, el valor del peso nunca bajaba pero esto tenía consecuencias negativas: el hecho de poner un precio oficial a la compraventa de dólares hizo que cayeran las exportaciones y las inversiones. Los exportadores tenían que transformar los dólares que obtenían de sus ventas en el exterior en pesos, cosa que no les compensaba. A los inversores tampoco les interesaba poner sus dólares en un país donde obtenían pocos pesos a cambio, y del que además no podían sacar sus dólares. A esto se suma que el Estado tenía que seguir pagando su deuda pública contraída con acreedores internacionales, para lo cual necesitaba dólares.

Algunas posturas señalan a que el Estado imprimía billetes para comprar dólares. Esto provoca la subida de la inflación, porque al haber más dinero en circulación los precios suben irremediablemente. Por contra, otras posturas justifican que el dinero se imprimía para pagar la deuda y mantener en funcionamiento la economía. En todo caso, la inflación se radica en factores que no tienen nada que ver con la impresión de dinero: "Los grandes grupos oligopólicos con poder de mercado en determinados sectores, la incapacidad del Estado para regular y controlar la competencia empresarial, la corrupción, la delincuencia o la asimetría de poder en las negociaciones en los centros de trabajo explican en buena medida que la inflación haya sido tradicionalmente alta e irregular", dice el economista Eduardo Garzón.

Dónde está el error de Macri

Según defienden enfoques liberales, el regreso a la libre compraventa de dólares establecida por Macri trajo efectos positivos a corto plazo, pero se olvidó de reducir el déficit público. O lo que es lo mismo: Argentina volvió al estado anterior al cepo cambiario pero los gastos del Estado siguieron por encima de sus ingresos, además de que se aumentó la deuda con los acreedores internacionales. Al no reducirse el déficit, aumenta la desconfianza de la población, que vuelve a comprar dólares y por consiguiente, las inversiones salen del país, al igual que los depósitos. Esto pone en jaque al Estado, que tiene que seguir financiando sus gastos (o equilibrarlos) y pagando su deuda, lo que lo lleva a tomar medidas como subir los impuestos, reducir el gasto público hasta en servicios esenciales y finalmente, como última opción, acudir a los 50.000 millones del FMI para hacer frente a la deuda y a los objetivos de déficit. Claro que Macri podría haber optado por la vuelta al cepo cambiario, pero "los prejuicios causados ahora por los recortes y los impuestos serían los mismos en forma de inflación", explica el economista Juan Ramón Rallo.

Por otra parte, esto tiene otra lectura: el origen de todos los problemas es la devaluación de la moneda y no el déficit público, según recuerda el economista Eduardo Garzón. De hecho, hay economías como Japón con altos niveles de déficit. Que haya déficit permite a la economía funcionar. El único peligro del déficit serían los tipos de interés (el precio de devolución de la deuda), establecidos por el mercado en función de la confianza de los inversores en que su deuda les vaya a ser devuelta, o en la capacidad de los Bancos Centrales para crear dinero que pague la deuda, cosa que ya hacía antes Argentina.

Qué implicaciones tiene el rescate del FMI

Como recuerda el economista Garzón, "el FMI no ofrece nada de forma altruista". El préstamo pasa por la aplicación de medidas de ajuste que dinamitan desde su raíz el crecimiento económico con el fin de reducir el déficit público. Las medidas que exigirá ahora el FMI serán más radicales que las que se han aplicado en esta línea por Macri de forma gradual. Los recortes y las subidas de impuestos lastran al sector productivo en un país cuyas exportaciones agrarias se han quedado estancadas por la sequía en los últimos meses y que, en general, es dependiente de las importaciones, porque apenas puede producir por sí mismo.

Cuáles serían las alternativas

La alternativa a pedir dinero al FMI es hacer un default: es decir, negarse a pagar la deuda. Esto, para Garzón, tiene una consecuencia inmediatamente positiva: "Si impaga la deuda ya no tendrá que pedir dinero prestado para devolverla, por lo que tendría muchos menos gastos. Además, el Estado argentino crea los pesos y por lo tanto siempre puede asumir todo el gasto y déficit público que quiera, no necesita pedir prestado en el exterior ni recortar el déficit con recortes.

Para Rallo, la situación de un default sería alarmante: este no impediría que se redujese el gasto, y al no poner los inversores más dólares en Argentina, no podría financiarlos. El default provocaría que el déficit tuviese que resolverse de golpe (con recortes aun más drásticos) o cambiando de prestamistas.

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