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El largo y cansado viaje de Pepe Mujica

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El expresidente de Uruguay, figura clave de la Latinoamérica del siglo XXI, se retira de la política pública con un emotivo mensaje y firme legado

Ignacio Pato

16 Agosto 2018 15:13

Hasta aquí ha llegado José Mujica, al menos como senador. El Pepe, como es popularmente conocido en Uruguay, ha renunciado a su cargo de senador con una emotiva y concisa carta.

En ella asegura estar cansado de un largo viaje. También afirma que, "mientras la mente funcione, no puedo renunciar a la solidaridad y la lucha de las ideas". Mujica pide asimismo disculpas si ha podido dañar a algún rival político durante un debate.

Y renuncia a la pensión que le corresponde como senador.

El expresidente se despide fiel a su estilo austero. Ese con el que dirigió Uruguay entre 2010 y 2015, pero sobre todo el que marcó toda su vida, desde su temprana politización.

Nunca fue un político al uso. Primero, porque antes que eso fue militante de base. Mujica comenzó a poner el cuerpo en la turbulenta década de los sesenta en el continente. Fue en el grupo guerrillero Tupamaros. Y acabó como seguramente tenía que acabar: encarcelado. Lo estuvo, preso, durante quince años en total, la mayoría durante la dictadura militar uruguaya.

Protagonizó una fuga espectacular. Por un túnel, huyó junto a un centenar de militantes del penal de Punta Carretas. Si Mujica hubiera nacido en Estados Unidos, hace tiempo que habría una película sobre aquel hecho y su figura. Es algo que precisamente este año trata de enmendar el cineasta serbio Emir Kusturica, que en semanas estrena el documental Una vida suprema, dedicado al expresidente.

Pero fue a partir de 2010, cuando comenzó su presidencia del paisito, cuando el mundo descubrió a Mujica. Desde una chacra, una granja cercana a Montevideo, pero también desde lugares como la ONU, llegaban mensajes poco escuchados de la boca de un alto mandatario.

Las llamadas al entendimiento y a la cordura, pero sobre todo a la austeridad y la coherencia, a llevar una vida alejada de dioses falsos como el dinero u el consumismo, enseguida recorrieron el mundo.

Pero mientras el Pepe afirmaba cosas como "no vamos a tener ningún triunfo fácil. Acá no hay soluciones mágicas a la vuelta de la esquina" o "Los que comen bien, duermen bien y tienen buenas casas, posiblemente piensen que el Gobierno gasta demasiado en políticas sociales"... lo compaginaba con algunas de esas políticas sociales concretas. Bajo su mandato, Uruguay despenalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto.

Con Mujica, de la política es cierto que también se va un momento de cambio en Latinoamérica. Hablamos de la segunda ola de gobiernos de izquierda o progresistas en el subcontinente. Mujica coincidió en su presidencia con las de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Cristina Fernández de Kirchner, Lula da Silva, Dilma Rousseff, Rafael Correa o Evo Morales. Solo Maduro y Correa continúan en su cargo.

Ahora es tiempo para descansar, ha dejado dicho. "Los árboles viejos hacen demasiada sombra", también. Se retira a su granja a hacer lo que siempre ha hecho, aunque la política no se lo pusiera fácil: vivir.


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