Con Mauricio Macri a un lado y Michel Temer al otro, el cono sur de América se está convirtiendo en un club conservador
"Vamos a transformar a Chile en un país desarrollado, sin pobreza, con oportunidades para todos y que le asegure a todos nuestros hijos una vida con dignidad”. Son las primeras palabras de Sebastián Piñera como presidente electo de Chile. El candidato derechista se alzó como ganador con el 54,57% de los votos. En el otro lado, el candidato de centroizquierda, Alejandro Guillier, asumió anoche la derrota y felicitó al nuevo presidente por su “impecable y macizo triunfo”.
Piñera, que ya gobernó del 2010 al 2014, vuelve ahora al poder con ánimos renovados. La toma de poder será muy parecida a la de hace ocho años con Michelle Bachelet como predecesora, igual que ahora.
Piñera recibirá el mando del país el próximo mes de marzo. Bachelet ya le ha dedicado unas palabras: “Quería llamarlo para felicitarlo por su triunfo, para desearle una muy buena gestión en su mandado porque usted y yo queremos a Chile”. La ahora expresidenta, que ha sido muy criticada en las últimas semanas por mostrar su simpatía por Guillier, se ofreció anoche para desayunar con el nuevo presidente y empezar la transferencia de poderes.
A las 21.22 hora local, Piñera realizó su primer discurso como presidente. Y lo hizo en la Alameda, una de las avenidas más emblemáticas de Santiago. "No queremos comunismo, no queremos socialismo" gritaban sus votantes mientras Piñera hacía especial hincapié en la necesidad de trabajar unidos, y "recuperar la senda del progreso del desarrollo".
Las propuestas 'estrellas' del candidato Piñera pasan por el impulso de la economía y el aumento de la seguridad. Piñera se ha comprometido a fortalecer y modernizar el cuerpo de policía y a crear un nuevo código penal. Sin embargo, el ámbito de derechos y libertades podría verse gravemente afectado por el regreso de la derecha. Proyectos como el matrimonio igualitario, la adopción homosexual o la identidad de género, que están aún en trámite, podrían no ver la luz en estos cuatro años de mandato.
Ley de Despenalización del Aborto, que logró aprobarse hace apenas cuatro meses por el impulso de los colectivos feministas, también se encuentra ahora en un terreno delicado. Piñera no ha especificado qué tipo de cambios hará, pero sí ha anticipado que habrá "mejoras" y se ha posicionado como firme "defensor de la vida".
Piñera, multimillonario cuyos negocios inmobiliarios, editoriales y de medios de comunicación le han valido una fortuna de 2.700 millones de dólares según Forbes, no ha conseguido desligarse de sus lazos con el dictador Augusto Pinochet.
En 1998, siendo candidato presidencial, apareció en un vídeo defendiendo al genocida en esos momentos detenido en Londres. Pedía "solidaridad" con el dictador que en esos momentos tenía una salud "muy delicada" y hacía un alegato por liberarle de la justicia internacional.
Ayer, en su mitín de victoria volvio a aparecer Pinochet en forma de un busto rodeado con una cinta con los colores de la bandera de Chile. Lo que queda claro es que con Mauricio Macri a un lado y Michel Temer al otro, el cono sur de América ha virado definitivamente hacia la derecha.