Esta historia tiene 3 protagonistas: un gato, un estanque helado y un pez. Y una sola pregunta ¿cómo acabó la historia?
Queda poco más de un mes para acabar el 2018 y estás igual (o peor) que hace un año. Todos esos planes, objetivos, y promesas que te hiciste a ti mismo quedaron guardados en el mismo cajón donde quedó la ropa nueva flúor que te compraste para el gimnasio.
Llegados a ese punto las opciones son tantas como las cosas pendientes que te quedan. Puedes hacerte un ovillo mientras lloras abrazado a la almohada, beber para olvidar, abrazar tu fracaso o intentar solucionar todo lo que te queda pendiente antes de que acabe el año. Aún sabiendo que, irremediablemente, saldrá mal. Y que probablemente acabes como este pobre gatito.
El clip, grabado en la ciudad china de Shenyang y publicado por la agencia de noticias Xinhua, muestra a un gato desconcertado en un estanque congelado. No entiende por qué ese pez que está tan cerca parece tan lejano al mismo tiempo. No comprende por qué no puede alcanzar a su presa. Sin darse por vencido, el gato salta, lucha, resbala y rueda por el estanque, sin poder romper el hielo que le separa de su merienda.
Tras ver el vídeo hay varias incógnitas que quedan por explicar. La primera ¿cómo puede un pez sobrevivir a un estanque congelado? La respuesta es muy sencilla: cuando decimos que un estanque, río o lago se congelan, no hablamos de TODO el agua, sino tan solo de la superficie. Debajo de la capa de hielo, la vida sigue desarrollándose. El problema principal cuando se congela un lago no es, al contrario de lo que se pueda pensar, el hielo en sí, sino la falta de oxígeno que pudiera tener el agua.
Cuando un estanque no está helado, el oxígeno necesario se filtra a través del agua pero cuando el agua es un cubito de hielo esto se complica. Afortunadamente, suele haber agujeritos en el hielo por los que pasa el oxígeno o corrientes externas que proveen de agua "fresca" al estanque congelado.
Así que no hay nada que temer, es muy poco probable que veas una masacre de peces en los ríos y lagos congelados.
Por otro lado, la cuestión es ¿cómo acabó la historia? No lo sabemos, pero lo cierto es que nos sentimos 100% identificados con ese gato pescador.