“Disparadles en las piernas”. Esta fue una de las soluciones, entre otras descabelladas y peligrosas ideas, que propuso Trump para frenar a los inmigrantes que intentan llegar a EEUU desde el sur, según un nuevo libro de los reporteros del New York Times Julie Hirschfeld Davis y Michael D Shear.
Según se relata en Border Wars: Inside Trump’s Assault on Immigration, la frustración del presidente por la falta de progreso en el muro se tradujo en sugerencias como fortificar el muro fronterizo con una "trinchera llena de agua" con "serpientes o caimanes" en el interior, llegando a preguntar a sus asesores qué coste tendría llevarlo a cabo. El presidente también propuso electrificar el muro e instalar púas capaces de perforar la carne humana.
El libro está basado en entrevistas con docenas de trabajadores de la Casa Blanca y la administración Trump y recoge “una semana frenética de furias presidenciales” durante el pasado mes de marzo.
Las revelaciones del libro van en la misma línea que la actitud que el presidente ha mantenido en público respecto a los inmigrantes que llegan a la frontera entre México y Estados Unidos. En noviembre de 2018, Trump dijo que los soldados en la frontera deberían poder disparar a los migrantes si estos les tiran piedras, ya que “no hay mucha diferencia” entre ambas cosas.
Poco después se retractó en público de sus palabras, pero ahora queda claro que en privado seguía teniendo las mismas ideas extremas. “Más tarde, en una reunión, según rememoran sus ayudantes, sugirió que dispararan a los migrantes en las piernas para frenarlos. Eso tampoco está permitido, le dijeron”, relatan Davis y Shear.
Otro momento especialmente tenso, siempre según el libro, se produjo cuando Trump dijo que quería la totalidad de la frontera cerrada de un día para otro. Tras avisarle de las consecuencias económicas que tendría cerrar una frontera de más de tres mil kilómetros, los empleados pudieron persuadirlo para posponer la ejecución de su decisión hasta una semana después, tiempo que sus asesores utilizaron para convencerle de que no lo hiciera.
El libro relata una relación particularmente tensa entre Trump y la secretaria de seguridad nacional Kirstjen Nielsen, quien a menudo era la responsable de decirle al presidente que no podía romper leyes a su antojo. Nielsen acabó siendo apartada de su puesto en abril de 2019, siendo sustituida por Kevin McAleenan.
Precisamente McAleenan protagoniza otra de las escenas más llamativas del adelanto publicado por el Times. Ocurrió en marzo, durante una visita a California junto a Trump. Ante una sala llena de agentes fronterizos, el presidente les dijo que debían dejar de permitir que los migrantes cruzaran la frontera, sin excepciones. Después de que el presidente abandonara la sala, sin embargo, McAleenan les dijo que no tenían la autoridad para hacerlo y que ignoraran las palabras de Trump.
A pesar de los intentos de su propio equipo para frenar sus ideas, Trump podría acabar saliéndose con la suya: la semana pasada, se anunció que de cara a 2020 la administración establecería el límite para las admisiones de refugiados en un mínimo histórico.