Las crisis de Nicaragua y Venezuela destapan la peor cara del continente de Costa Rica a Brasil
La alarma se ha disparado este fin de semana: es evidente que una ola de xenofobia recorre América Latina.
Ha sido en Costa Rica donde la policía ha detenido a más de 40 personas durante una manifestación contra la presencia de solicitantes de asilo nicaragüenses en ese país.
Lo que ha llamado más la atención es que se requisaron varias armas blancas y cócteles molotov, y que varios de los detenidos llevaban esvásticas en su indumentaria.
Según la ONU, desde que estalló la crisis política y social en Nicaragua el pasado abril, 23.000 personas intentaron obtener el certificado de asilo en Costa Rica. Se trata del país que más solicitudes de ese tipo ha recibido, por delante de Panamá, México y Estados Unidos. Según la Agencia para los Refugiados de la ONU, muchas han sido acogidas por las entre 100.000 y 150.000 familias nicaragüenses que ya residían en Costa Rica.
El grito de "Fuera nicas" se hizo oír especialmente en el Parque de la Merced de la capital, San José, zona habitual de presencia de personas procedentes de Nicaragua.
Parecido rechazo están sufriendo los cientos de miles de venezolanos que están abandonando su país, especialmente a causa de la hiperinflación del país caribeño. Si en Colombia ya hay un millón de venezolanos tratando de buscar una vida, ahora la noticia está en las fronteras de Ecuador, Perú y Brasil.
Primero fue Ecuador quien declaró la emergencia migratoria por la llegada de 4.200 venezolanos al día. El gobierno de Quito cifró en 454.000 las personas de Venezuela que llegaron en el primer semestre de 2018.
La última medida es que el gobierno ecuatoriano pedirá a partir de ahora el pasaporte a los venezolanos que quiera ingresar a su país. El efecto es que muchos están quedando atrapados a las puertas de la frontera de Ecuador. La meta para muchos no es establecerse en ese país, sino llegar hasta Perú. Este país ha remedado la medida de Ecuador de no dejar ingresar a venezolanos sin pasaporte. Hace pocos días, Perú vivió el récord de migrantes venezolanos que cruzó su frontera en un solo día: 5.100. El gobierno calcula que hay en ruta unos 25.000 en ruta desde Colombia y Ecuador hacia Perú.
Sin embargo, la peor parte se la ha llevado el aproximadamente millar de venezolanos que estaban establecidos en Pacaraima. Esta localidad brasileña fronteriza con Venezuela es además puerta de entrada de decenas de miles de personas de Venezuela que llegan a Brasil.
El sábado la mecha de la xenofobia prendió tras el ataque, según la policía local, por parte de venezolanos a un comerciante local. Lo que sucedió a continuación fue una protesta absolutamente violenta que acabó con el campamento de los venezolanos destruido e incendiado. Muchos además persiguieron a los migrantes con piedras y armas caseras.
El efecto del miedo ha sido claro. Según el ejército brasileño, unos 1.200 venezolanos han hecho el camino inverso y han vuelto a su país.
