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Opinion Qué hacer cuando un hombre te suelta un huelgasplaining Now

Qué hacer cuando un hombre te suelta un huelgasplaining

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Imagen: Arte Playground
 

Qué hacer cuando un hombre te suelta un huelgasplaining

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/OPINIÓN/ “A pocas horas del 8 de marzo, algunos hombres creen que la huelga fracasará porque no les hemos hecho caso”

Estos días ha emergido una nueva subcategoría del mansplaining, el huelgasplaining. Nos referimos concretamente a la actitud de esos hombres que intentan decirnos por qué esta huelga está mal planteada. Esos hombre a los que reconoceremos porque acabará los debate diciendo que se siente un "poco ofendido". Esos hombres, por cierto, que por lo general tampoco secundarían nunca ninguna otra huelga. Por eso, y a las puertas de la huelga feminista del 8 de marzo, hemos preparado una guía de autodefensa verbal para desactivar todos esos comentarios machistas, todos esos apuntes quisquillosos y todos esos huelgasplainings a los que, por desgracia, muchas nos vamos a enfrentar en las próximas horas:

Ilustración de Emma Gascó @EmmaGasco

“Yo es que en esta huelga no me siento interpelado. No sé qué hacer”

Lo hemos repetido hasta la saciedad. Hay muchas cosas que puedes hacer: asumir todas las tareas de cuidados invisibles que las mujeres dejarán de hacer. Puedes no sabotear la huelga en tu espacio de trabajo: si tu compañera de trabajo hace huelga, no asumas sus tareas. ¡Eso es reventarla! Limítate a tus funciones, si se nota la ausencia de mujeres, es que lo estás haciendo bien. También puedes asumir los servicios mínimos de la empresa en la que trabajas. Y también puedes acudir a la mani mientras no te de por sujetar el megáfono ni ponerte al principio. Ánimo. Puedes hacerlo.

“¿Pero en serio creéis que por un día va a cambiar algo? Las huelgas no sirven para nada"

“Las huelgas no sirven para nada”, pero, luego, atiende a las huelgas de colectivos como las recogedoras y recogedoras de basura de Madrid, los estibadores, las obreras de Cuétara, las trabajadoras del Bershka de Pontevedra, las trabajadoras de las residencias de mayores de Bizcaia o la lucha sindical de las Kellys. Claro que se consiguen cosas, otra cosa es que no las veas.

“Ya, pero esto no es una huelga como las demás”


Claro. Es una huelga distinta. Es la primera general feminista en España y en los más de 40 países en los que se ha convocado. ¿Qué hay de malo en eso? ¿Por qué nos parece tan difícil entender que existe más de un modelo de huelga? Da un poco de crédito a esto. Es algo distinto. Entusiásmate. La consigna es clara y la huelga, legal: “Si paramos nosotras, se para el mundo”. Hay muchas formas de hacer huelga: rotatoria, tapón, intermitente, de celo o reglamento, bolis caídos… ¿Por qué esta huelga iba a ser menos válida que cualquier otra?

“Me parece un error estratégico no incluir a los hombres”

No utilices la palabra "estratégico" a menos que lleves meses —años— desarrollando una estrategia paralela para combatir el machismo, la brecha salarial, el acoso, los abusos. No utilices la palabra "estratégico" como si realmente tuvieras la llave para solucionar este entuerto. Como si, en realidad, escucharte fuera la solución al problema. Además: estáis incluidos. Estáis llamados. Otra cuestión es que no os apetezca asumir, por una vez, un rol no protagónico. Vuelta al punto 1.

“Pero es una huelga elitista. Solo pueden hacerla aquellas mujeres que tengan un empleo”

Esta huelga es posiblemente una de las más transversales de todas: es una huelga de trabajo, pero también de consumo, de cuidados y sexual. No hace falta tener un trabajo. Es una huelga que atraviesa a todas y que trata de ser lo más inclusiva. Conocemos las dificultades de las mujeres racializadas, migrantes, en situaciones precarizadas o en situación irregular. A todas ellas nos dirigimos y por todas las que no pueden, también haremos la huelga. Seguramente nos queda mucho trabajo por hacer. Eso también lo sabemos.

“Sí, lo de la huelga de cuidados está muy bien como ideal. Pero no debería ser un día. Debería ser así siempre”

Muchísimas gracias. Estamos muy de acuerdo. Acabas de llegar al quid de la cuestión del feminismo. Eso es, ni más ni menos, lo que llevamos tiempo reclamando. La huelga de cuidados es una huelga que apela a lo doméstico, es una pequeña revolución en tu casa, es la forma de visibilizar el hartazgo, de decirle a Pepe que te parece injusto que siempre estés tú haciendo la comida. Claro que debería ser así siempre y no solo un día. Claro que un delantal colgado del balcón no significa nada si las violencias, grandes y pequeñas, persisten a lo largo del año. Pero la lucha también es simbólica. Socializando experiencias compartidas hacemos que lo personal sea político. Ver muchos delantales en los balcones nos hará fuertes. Permítenos empezar por algo.

Ilustración de Flavita Banana

“Pero es que no os ponéis de acuerdo ni vosotras mismas”

Esta huelga implica una ruptura con un sistema patriarcal que es estructural y que está muy arraigado. Claro que la huelga genera dudas y conflictos y contradicciones. Claro que existe diversidad de opiniones en torno a cómo abordarla o qué hacer el día de la jornada entre nosotras mismas y entre nosotras con vosotros. Todas las dudas parten de la misma premisa: ¿Qué haremos? ¿Cómo organizarnos? Si tuvieramos esas preguntas solucionadas no habría huelga. Vuestra insistencia en buscar las cosquillas al feminismo es agotadora, contraproducente y, sobre todo, muy poco solidaria.

“Pero si yo lo digo por vosotras. No por mí"

En realidad, lo que sucede aquí, es que lo dices sobre todo por ti.

“Parece que no se puede hablar de este tema con vosotras”

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